Por Pablo García de S.
Y es que en un evento del día 12 de agosto, donde el gobernador entregó apoyos a los que sí trabajan, en este caso deportistas, ahí se veían los protestantes del SITTGE, con sus lonas pidiendo que les devuelvan la chamba. Ya no pueden hacer los burócratas lo de antes, simplemente ya no se pueden salir a cada rato como antes, ni a los tamales o a buscar le café y menos irse de vacaciones o de viaje sin los permisos autorizados.
Paca, confiada en su actuación, peleonera, ya no le da resultado, ya son más de veinte años haciendo lo mismo y ya nadie le cree, más que los lambiscones que y trae porque tienen la promesa de la ambiciosa base sindicalizable que les ha prometido, sino pues ya la hubieran abandonado desde hace mucho tiempo porque se la pasa regañàndolos como es su hábito.
¿Por qué acudir a la Cámara cuando allá sólo hacen llamados a misa?
¿Por qué no acudir con los potosinos diputados federales que son sus paisanos y es más con el Senador Eli César Cervantes quien es de Morena y es potosino?
La razón es simple, debido a que la Paca con todos se ha peleado y nadie le agrada. Por eso le consiguen sus amistades como Raúl Lescas, un historiador michoacano que bien que sabe de sus tranzas y es alcahuete, le sigue el juego, cada que viene a San Luis se lleva su dinerito para sus pasajes y para sus gastos por parte del sindicato, porque nada es gratis.
Por eso Paca no va con los potosinos en el Congreso de la Unión, porque nadie la quiere, nadie le habla, a muchos ha demandado como al señor padre del Senador Eli César Cervantes quien se atrevió a decirle en campaña política que ella ” no tiene equipo, tiene un séquito”., ese fue su gran pecado que ella lo toma así y lo demando por mil delitos que ni procedieron como el montón de impugnaciones que hizo.
La Ocampo Manzanares no conoce el tema laboral potosino, sólo de oídas, así que es irresponsable exigir al gobierno lo que no sabe y no le consta, lo que sí le consta es que Gallardo fue su compañero en la pasada legislatura, porque ésta señora guerrerense repitió su diputación, se reeligió para seguir viviendo a gusto del erario, cualquiera puede conocer su escasa producción de iniciativas, la enorme mayoría de la primera vez que fue diputada, ahora, en este segundo año de legisladora, se la ha pasado muy tranquila.
Sus llamados no pasan las paredes de Palacio de Gobierno, los diputados no tienen injerencia en los Estados, ni tienen mandato alguno, cada estado es libre y soberano y mejor debería de preocuparse por el suyo que tiene mil problemas.
Los trabajadores burócratas aún creen que se van a solucionar por arte de magia, ven a la Paca como a una gurú, ese sindicato se comporta como una secta, como la serie Obedece, de Netflix, sólo un puñado de seguidores están dispuestos a besarle los pies con tal de seguirla, muchos, más sensatos ya la abandonaron y otros más están por hacerlo, cansados de tanta robadera que les causan por cualquier motivo.
Seguramente la Ocampo Manzanares vendrá a San Luis en octubre al evento sindical que desde ahora se promueve la Paca, para que esta sea aplaudida como años atrás en que todos creían en ella, antes de conocerse sus robos y la forma en cómo ha reprimido a muchos trabajadores y trabajadoras. El respeto se gana con esfuerzo, pero ya cuando se gana es muy fácil perderlo. La Ocampo Manzanares tal vez también siga a la Paca como su admiradora, como a quien sigue un artista de la televisión. Dice la reportera Mina Moreno que la diputada de Iguala, Guerrero, junto con sus hermanas Ofelia y Sandra han sabido acomodarse muy bien en donde se cobra con mucho dinero del erario: la política. La reportera escribió: “Señalada por sus paisanos porque era la mujer que cuidaba los baños del parque recreativo 24 de febrero” en su ciudad natal Iguala, hasta antes del 2018, de repente resultó diputada federal por el distrito 02. Señala la periodista que no hay muchos datos de su trayectoria ni académica ni personal, no tiene más antecedentes laborales, ni en el servicio público ni en la iniciativa privada, al parecer sólo una de sus hermanas sí tiene cédula profesional. La periodista argumenta que solicitó la cédula de Araceli Ocampo Manzanares y le dijeron en el Registro Nacional de Profesiones que “no la hay”.
La reportera dice que es muy buena no para legislar sino para saber de carros, trae una flamante camioneta de alto lujo una Qx70, con valor de un millón de pesos que se compró a los quince días de rendir protesta. Y eso que en su producción legislativa que se aprecia en el portal del Congreso de la Unión presume ser de la austeridad republicana. De sus otras dos hermanas de la flamante plurinominal refiere la periodista que la hermana Ofelia Ocampo sí tiene cédula profesional y es la 3460366. Ofelia es conocida por la prensa guerrerense por su pachorra “pues acumuló el récord de 52 incapacidades cuando laboraba como Secretaria en el Juzgado noveno de distrito con residencia en Iguala, Guerrero. De septiembre del 2018 mayo del 2019 lo volvió a hacer y junto 20 incapacidades médicas; pese a decir que está enferma, la han criticado por verla en gimnasios vip y recientemente fue elegida como consejera en el consejo de la judicatura del Estado de Guerrero, para eso no se enferma. La tercera hermana, Sandra Ocampo Manzanares goza de las mieles de la recomendación de sus hermanas y ocupa la Dirección de las Mujeres, sin antecedentes curriculares y sin cédula profesional; son buenas para acomodarse las tres huastecas de guerrero”, según la periodista de Guerrero. Los favores que Araceli le hace a Paca algún día se los cobrara. (fuente: cconoticias.info, comunicación Ojeda)