Peleado con todos los anteriores partidos políticos, ahora Nava Palacios buscará crear un nuevo nicho de poder desde la bandera del FCP que fuera fundado por su abuelo, el de Salvador Nava Martínez.
Sin congruencia, perseguido por la ley por los desvíos de fondos bajo su administración municipal, rodeado de escándalos sexuales, primero con su ex jefe de prensa y la contratación de una playmate venezolana y después por el acoso de instructors deportivas por su director del deporte municipal, el Chapu Nava busca por medio de la agrupación política del Frente Cívico enfrentar a los que en su momento lo apoyaron.
Ahora sin opciones, derrotado y perseguido por la ley quiere escudarse en el último reducto que heredó de su abuelo, el cual por cierto debe de estar revolcándose en su tumba por culpa de su nieto, el FCP.