San Luis Potosí SLP.- La visita de Xóchitl Gálvez a San Luis Potosí pasará a la historia. Nunca antes un candidato o candidata a la presidencia de la República había logrado tan minúsculo apoyo, tan poco arrastre, tan pobre reacción del pueblo potosino. Las “estructuras” del PAN, PRI y PRD fueron incapaces de llenar la reducida Plaza de Toros Fermín Rivera.
Esperaban muchísima gente, pero ni las amenazas de Enrique Galindo y Fernando Chávez fueron suficientes para forzar el acarreo masivo que anunciaron. Los pocos que asistieron fueron trabajadores del Ayuntamiento capitalino obligados bajo advertencia de descontarles un día de salario si no acudían.
Xóchitl se veía insegura, desubicada, ignorante de la realidad potosina y la problemática de la ciudadanía. Intercalaba “propuestas” con saludos a los asistentes y volvía a las promesas huecas en las que nunca explicó cómo las cumplirá.
Adentro de la Plaza de Toros el ambiente fue gélido, pero afuera era un témpano. Las tres pantallas gigantes fueron un gasto innecesario, lo mismo que el gran dispositivo vial para que panistas y priistas estacionarán sus carros frente al coloso de El Paseo, había que evitarles la fatiga, aunque eso significara perjudicar a los automovilistas.
La visita de Xóchitl Gálvez a San Luis Potosí pasará a la historia como la peor. En 2018 hasta Ricardo Anaya y José Antonio Meade tuvieron eventos masivos, a pesar que priistas y panistas ya habían traicionado a sus candidatos al ver el inminente triunfo de Andrés Manuel López Obrador.