Huasteca Potosina, San Luis Potosí, México.– El director local de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Darío Fernando González Castillo, llamó a respetar los márgenes de los ríos y reforzar los bordos de contención para prevenir futuras contingencias como las inundaciones recientes que afectaron a la región huasteca.
González Castillo informó que la Conagua mantiene un monitoreo constante cada seis horas y que los niveles de los ríos ya se encuentran muy por debajo del nivel crítico. Agregó que, incluso en caso de que se abriera la presa Zimapán, los cauces actuales podrían soportar el desfogue, aunque aclaró que no existe riesgo de una nueva liberación de agua.
El funcionario explicó que el primer paso preventivo es respetar los márgenes naturales de los ríos, pues en municipios como Tamazunchale, particularmente en la colonia Tierra Blanca, existen viviendas construidas sobre el borde del cauce, lo que coloca a las familias en riesgo permanente ante posibles desbordamientos.
Mencionó también que en la localidad de Loma Bonita, del mismo municipio, el problema ocurrido —cuando la corriente arrastró varios vehículos— se debió a la construcción de un puente sin autorización. Tras su retiro, el nivel del agua aumentó, pero ya no se presentaron inundaciones.
En el caso de Tamuín, precisó que es la única zona inundable de la Huasteca, al encontrarse en el valle aguas abajo. Por ello, se realizaron trabajos de bombeo en las áreas de Laguna de Patitos y Gordo Norte, además de la instalación de cárcamos para extraer el exceso de agua. Aclaró que, aunque el aeropuerto se ubica en Laguna de Patitos, no se encuentra en riesgo de inundación.
El funcionario informó que para evitar futuros desbordamientos, la Conagua efectuará un levantamiento topográfico y un mejoramiento de bordos en zonas críticas de Tamuín, con el fin de optimizar la captación y desalojo del agua pluvial.
Finalmente, González Castillo destacó que la Conagua continúa apoyando con plantas potabilizadoras a los municipios de San Vicente y Tanquián, donde se estableció un plazo de 30 días para reactivar los sistemas de agua potable y garantizar el abastecimiento a todas las comunidades afectadas por las lluvias.
