San Luis Potosí, México. El gobernador Ricardo Gallardo Cardona afirmó que cualquier reforma electoral derivada de los foros de consulta nacionales deberá replantear, mas no desaparecer, el financiamiento público a partidos políticos y la figura de las diputaciones de representación proporcional, al considerar que ambos elementos cumplen funciones esenciales dentro del sistema democrático.
El mandatario sostuvo que en México existen numerosos partidos locales que compiten en elecciones cada tres años y cuya sobrevivencia depende, en gran medida, del financiamiento público. En ese sentido, advirtió que una reforma no puede asfixiar a los institutos políticos locales retirando o reduciendo de manera drástica las prerrogativas, pues ello limitaría la participación y el pluralismo.
Por otra parte, Gallardo subrayó que las diputaciones plurinominales representan un contrapeso necesario para garantizar la pluralidad en los congresos, tanto locales como federal. En el caso de San Luis Potosí, recordó que 12 de los 27 diputados del Congreso local llegan por esa vía, lo que contribuye a equilibrar la representación política.
El Ejecutivo estatal señaló que una eventual reforma, tanto federal como local, debe tomar en cuenta las características particulares de cada entidad, así como la evolución constante de los sistemas democráticos.
“Ni el financiamiento público ni las plurinominales pueden desaparecer por completo; deben replantearse bajo un nuevo esquema”, sostuvo.
Gallardo enfatizó que cada proceso electoral es distinto y está marcado por nuevas expresiones políticas que pueden fortalecer o debilitar la democracia. Por ello, insistió en que una reforma electoral nunca es definitiva y siempre es susceptible de ajustes y perfeccionamientos.
Sobre la llamada “chiquillada”, el grupo de partidos pequeños que dependen de prerrogativas, el mandatario afirmó que desaparecerlos no es una alternativa, pues cumplen un papel en la diversidad política del país.
Respecto a las plurinominales, Gallardo consideró que no deben eliminarse, pero sí regularse o disminuirse, manteniendo siempre el principio de que la representación legislativa debe surgir de la competencia electoral y estar cada vez más cercana a la ciudadanía.
Finalmente, afirmó que México se acerca a una “nueva era política, más abierta, participativa y humana”, en la que las reformas deberán acompañar —y no limitar— el fortalecimiento de la democracia.
