La NFL no se presentaba en su mayor esplendor en Minnesota desde 1992, cuando los Redskins derrotaron 37-24 a los Bills, en el ya derrumbado Hubert H. Humphrey Metrodome. A unos cuantos días del duelo entre Patriots y Eagles, las gente sale a las calles a disfrutar de un nuevo Super Bowl.
No importan los 3 grados bajo cero o las aceras resbalosas, cualquier pretexto es bueno para vivir la experiencia. Gorros, bufandas, guantes y abrigos son obligatorios en la caminata nocturna.
La banda de marcha de la preparatoria Harding de Saint Paul da espectáculo sobre la calle Nicollet Mall, en el centro de Minneapolis.
A un par de cuadras más al sur, una fiesta acapara la Séptima Calle, con decenas de personas aguantando el frío.
Los padres llevan de la mano a sus pequeños, bien tapados de pies a cabeza, pero con la misma alegría de vivir un chispazo del Super Bowl LII.
Fuente: http://www.lacronica.com