La Fórmula Uno tiene contemplado arrancar la temporada en junio, con el Gran Premio de Canadá, después de posponer seis y cancelar dos Grandes Premios.
En caso de regresar, Liberty Media, propietaria de la máxima categoría del automovilismo, tiene dos opciones: aplazar la agenda o disputar algunas carreras entre el verano y diciembre.
La primera obligaría al GP de la Ciudad de México a modificar el calendario, situación que perjudica, ya que en los últimos cinco años se ha manejado el fin de semana de “puente” por el Día de Muertos.
Los organizadores de la carrera están a la espera de conocer la decisión de la F1, aunque confían en que se mantendrá el evento para el último fin de semana de octubre y el primer domingo de noviembre.
Australia y Mónaco fueron cancelados por sus patrocinadores. Bahréin, Vietnam, China, Holanda, España y Azerbaiyán están, por ahora, pospuestos.
Liberty Media ya confirmó que las escuderías no tendrán el receso de verano, por lo que tres semanas quedan libres para organizar la pequeña gira asiática.
La complicación viene después, ya que no hay espacio para las otras tres que restarían, considerando que los pilotos y los equipos necesitan un descanso entre eventos, por el desgaste físico.
Es por esto que existe la posibilidad de atrasar el calendario. Las condiciones climáticas de diciembre no permitirían que se disputen las carreras en Europa, mientras que en Texas, la Ciudad de México, Sao Paulo y Abu Dhabi, sí.
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