Un reciente estudio de la ONG Oxfam revela que la implementación de un impuesto del 5% sobre el patrimonio y las ganancias de los más ricos en los países del G20 podría ser la clave para poner fin al hambre mundial. Esta tasa propuesta por Oxfam tendría el potencial de recaudar 1.5 billones de dólares al año, fondos que no solo combatirían la hambruna global, sino que también serían destinados para ayudar a las naciones de baja y media renta a adaptarse a los cambios climáticos y cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.
Maitê Gauto, gerente de Programas e Incidencia de Oxfam Brasil, aseguró que con los 1.5 billones de dólares anuales, se podrían realizar inversiones necesarias para abordar las agendas de combate al hambre, adaptación al cambio climático y desarrollo sostenible, logrando así un enfoque integral en estos temas interconectados.
Además, el análisis de Oxfam revela que se obtendrían recursos adicionales por más de 546 mil millones de dólares para invertir en servicios públicos y medidas contra el cambio climático en los países del G20. Esta conclusión se basa en datos de organismos multilaterales como la ONU, la OCDE y la ONG World Inequality Database.
La ONG también destacó la disparidad en la recaudación de impuestos, señalando que los países del G20 recaudan cuatro veces más por impuestos al consumo que por tributos al patrimonio. La propuesta de Oxfam surge en un contexto donde los ingresos del 1% más rico han aumentado un 45% en las últimas cuatro décadas, mientras que la tasa impositiva sobre sus ingresos ha disminuido.
La iniciativa cobra relevancia justo antes del encuentro de ministros de Finanzas y gobernadores de Bancos Centrales del G-20 en São Paulo. Brasil, como presidente temporal del foro, busca liderar un acuerdo mundial sobre la tributación de los superricos para reducir la desigualdad global. Un sondeo mencionado por Oxfam revela que aproximadamente el 75% de los millonarios del G20 apoya una mayor tributación sobre su riqueza, y más de la mitad considera que la extrema riqueza amenaza la democracia.
En sintonía con este llamado, un grupo de 260 millonarios y multimillonarios solicitó en el Foro Económico Mundial de Davos un aumento en los impuestos sobre la riqueza para abordar las crecientes desigualdades sociales. Con Brasil liderando esta iniciativa, se espera que se dé un paso importante hacia la reducción de la brecha económica a nivel global.