Expertos de la ONU temen que las consecuencias económicas del covid-19 en ciertas naciones puedan ser devastadoras.
La pandemia del coronavirus está empeorando la crisis humanitaria en las zonas de conflicto y amenaza con desatar una devastación económica que intensificará la violencia, advierten diplomáticos y expertos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en declaraciones a la agencia AFP.
El covid-19 está obstaculizando los programas de ayuda que los países desarrollados destinaban a las economías frágiles y damnificadas por la guerra, pero ahora esos recursos se desvían a la lucha interna contra la pandemia.
“Existe un alto grado de preocupación de que su impacto económico provoque más desorden, más conflicto”, aseveró el experto de la ONU Richard Gowan, agregando que esto es apenas el inicio de “un drama bastante largo“.
“Hambruna en el horizonte”
En marzo pasado, el secretario general de la ONU, António Guterres, abogó por un alto el fuego global que no ha sido escuchado en los conflictos que perduran en zonas críticas como Yemen, Libia y Siria. Medidas como el cierre de las fronteras adoptadas por la pandemia, también han obstaculizado la distribución de ayuda humanitaria y los esfuerzos de mediación entre las partes beligerantes.
En Yemen, la “hambruna está nuevamente en el horizonte”, alertó el jefe de ayuda de Naciones Unidas, Mark Lowcock. “El conflicto [yemení] está nuevamente escalando, su economía está por los suelos y las agencias humanitarias están casi en quiebra. Y ahora un nuevo problema: el covid-19 se está descontrolando”, añadió. El diplomático instó a la comunidad internacional a ayudar urgentemente a ese país para evitar que caiga “en el abismo“.
Lowcock dijo que Siria y Libia también se encuentran en una situación similar, con una economía severamente afectada por años de conflicto, y que se ha visto empeorada por el coronavirus. Además, los expertos observan con gran preocupación los acontecimientos en el Líbano, actualmente sumido en su peor crisis económica desde la guerra civil de 1975-1990, con una inflación desbocada y controles de capital bancario que alimentan la pobreza, la desesperación y las protestas callejeras.
“Es un panorama bastante sombrío y deprimente en todos los ámbitos”, y las consecuencias económicas “van a exacerbar el conflicto en esos países”, concluyó un diplomático de la ONU.
Fuente: https://www.actualidad.rt.com