En la frontera entre México y Estados Unidos, voluntarios que ofrecen ayuda humanitaria han denunciado persecuciones y detenciones por parte de agentes migratorios que actúan de manera encubierta. Quienes denuncian estos hechos forman parte del grupo estadounidense “Los Samaritanos”, que brinda apoyo con agua y asistencia a migrantes en el desierto de Arizona. Relatan que agentes armados, sin uniformes ni insignias oficiales, los interceptaron y esposaron en marzo pasado, sin presentar orden judicial, causándoles un profundo trauma.
Estos oficiales pertenecen a la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI), dependencia del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE). Los voluntarios afirman que los agentes no se identificaron y usaron la fuerza de forma violenta, lo que llevó a que estos estadounidenses demandaran al gobierno por arresto injustificado y violaciones a sus derechos civiles.
Además, se ha documentado la presencia en zonas fronterizas de agentes encubiertos que circulan en vehículos sin placas oficiales o con placas mexicanas, algunos incluso encapuchados y disfrazándose de trabajadores civiles para evitar ser identificados. Organizaciones defensoras de derechos humanos califiquen estas detenciones como secuestros y advierten sobre el riesgo que representan estas prácticas para migrantes y ciudadanos, ya que operan sin transparencia ni respeto a procedimientos legales.
Los testimonios y denuncias alertan sobre un aumento de abusos en la frontera y temores de que el gobierno federal pueda restringir aún más la ayuda humanitaria a migrantes, generando un ambiente de inseguridad para quienes asisten y para las personas en situación migratoria irregular. Este panorama refleja la tensión y la complejidad creciente en la gestión de la frontera y la aplicación de políticas migratorias en Estados Unidos.
