Según la especialista de la UNAM, los tres últimos años son los más calurosos desde que hay registros.
Si la temperatura de la Tierra sobrepasa los dos grados habrá cambios irreversibles en el sistema climático, advirtió Paulina Ordóñez, investigadora del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
De acuerdo con datos de la Organización Meteorológica Mundial, los tres años más calurosos desde que existen registros han sido 2015, 2016 y 2017. Tan solo el año pasado la temperatura media en la superficie del planeta fue de 1.1 grados, cifra superior a la de la época preindustrial (1880-1900), informó la UNAM mediante un comunicado.
“El aumento de 1.1 que ocurrió en 2017 es alarmante. Los expertos coinciden en que si sobrepasamos dos grados puede haber cambios irreversibles en el sistema climático, y hay proyecciones de hasta cuatro grados”, dijo Ordóñez.
La investigadora advirtió que dichas cifras reflejan una tendencia creciente que resulta ser preocupante ya que “la temperatura es muy superior a la de la era preindustrial, y durante la década actual el calentamiento es bastante fuerte”.
Más allá de considerar los años en lo individual, lo relevante es analizar los datos a una escala de tiempo mayor, con estadísticas, pues “17 de los 18 años más calurosos ocurrieron en el siglo XXI, y el otro en 1998, y aunque algún año de esta centuria baje, la tendencia es creciente. Eso es lo realmente llamativo”, señaló Ordóñez.
Cuando se estudia el cambio climático se requieren al menos tres décadas de registros, y en varios ciclos de 30 las cifras de temperatura van a la alza, coincidiendo con la presencia humana en la Tierra; aunque uno o dos años no son representativos, la continuidad sí lo es.
Según la investigadora del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, a lo largo del tiempo se analizó una serie muy larga lo cual significa resultados sólidos.
“Trabajamos con datos de casi 140 años y la tendencia al calentamiento es significativa”, resaltó.
Lo que se considera desde 1880 son datos instrumentales y continuos, porque antes se usaban proxys climáticos, que son variables no climáticas que se obtenían de sedimentos de hielo encapsulado y de los anillos de los troncos de los árboles, que refieren qué pasó en siglos anteriores.
“Ahora hay datos instrumentales, medidos con termómetros, barómetros y pluviómetros, entre otros. Desde que existe este tipo de información, los últimos tres años han batido récord”, expuso.
Además, la especialista indicó que en la historia del planeta se tienen registros de cambios climáticos naturales, que tuvieron una transición lenta en comparación al cambio climático actual, que es muy abrupto.
Estos datos dan solidez al concepto del Antropoceno, que describe una era en donde el ser humano ha perturbado, hasta su modificación, al planeta y su clima.
“Podemos interferir en el clima y en las condiciones de la Tierra, eso se sabe desde hace mucho, desde los griegos y la Edad Media, pero en este siglo lo estamos constatando”, destacó.
Ordóñez Pérez destacó que en esta época se vive la emisión de gases efecto invernadero como una situación normal pero no lo es, es un fenómeno muevo.
Pese al escenario, la universitaria consideró que aún estamos a tiempo de revertir la tendencia: “todo depende de nosotros. Hay ciertos gases que permanecerán en la atmósfera, aunque dejáramos de emitirlos, pero pueden parar al cabo de los años. Está en nuestras manos evitar llegar a los dos grados y disminuir las cifras actuales”.
La UNAM asegura que esto depende en gran parte de los políticos, al tener los medios para facilitar políticas ambientales, pero también de los ciudadanos, “de nuestra voluntad, de poner nuestro granito de arena usando bicicleta y separando la basura, por ejemplo”.
Fuente: http://aristeguinoticias.com
