El papa Francisco dijo el miércoles que el ex pontífice Benedicto XVI, de 95 años, cuya salud se ha ido deteriorando constantemente, está “muy enfermo” y reza por él.
“Me gustaría pedirles a todos que recen una oración especial por el papa Emérito Benedicto, que en silencio está apoyando a la Iglesia. Para recordarlo, porque está muy enfermo, pidiéndole al Señor que lo consuele y lo sostenga, en este testimonio de amor a la Iglesia, hasta el final”, dijo Francisco en su audiencia general.
El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, aseguró que tras la audiencia de este miércoles, el sumo pontífice acudio a vivistar a Benedicto XVI en el Mater Ecclesiae.
“Respecto al estado de salud del papa emérito, por quien el papa Francisco pidió oraciones al final de la audiencia general de esta mañana, puedo confirmar que en las últimas horas se ha producido un agravamiento debido a la edad avanzada. De momento, la situación sigue bajo control, vigilada constantemente por los médicos”, dijo Bruni.
“Al término de la audiencia general, el papa Francisco se dirigió al monasterio Mater Ecclesiae para visitar a Benedicto XVI. Nos unimos a él en la oración por el papa emérito”, agregó.
El alemán Joseph Ratzinger, de 96 años, renunció al pontificado en febrero de 2013 y desde entonces vive en el convento Mater Ecclesiae en el interior de la Ciudad del Vaticano.
Su salud, debido a la edad, es muy frágil, pero su mente aún funciona muy bien como ha explicado en varias declaraciones su secretario personal Georg Gänswein.
Aunque las declaraciones de hoy del papa Francisco hacen pensar en un agravamiento de sus condiciones de salud.
Benedicto XVI se convirtió en el primer papa en renunciar en seis siglos, y desde entonces ha vivido prácticamente retirado del foco público.
A tenor de las pocas fotografías que se han publicado de él, su salud se ha ido deteriorando.
En 2013 mencionó precisamente su declive físico como una de las razones por las que decidió renunciar a seguir siendo el jefe de la Iglesia católica.
En abril, el que fuera durante años su secretario, el arzobispo Georg Gaenswein, dijo a Vatican News que el papa emérito se encontraba “relativamente débil”, aunque “de buen ánimo”.
Gänswein, quien fue su histórico secretario y continúa siéndolo ahora y se ocupa de todas sus gestiones, concedió una entrevista a la revista italiana Oggi en la que explicaba que el papa alemán está “débil en lo físico, pero la cabeza siempre le funciona muy bien”.
Y que le ayuda ser “metódico” en su día a día, concelebrando la misa a la 7:30 para después escuchar música en su sofá y que incluso “ha retomado su habitual paseo por los Jardines Vaticanos”, aseguraba.