En su último discurso ante la Asamblea General de la ONU, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, advirtió sobre el peligro de una “guerra a gran escala” en Oriente Medio, en medio de la creciente tensión entre Israel y el grupo chií Hizbulá. Biden abogó por una solución diplomática, resaltando la importancia de evitar un conflicto que podría tener repercusiones devastadoras para la región.
Durante su intervención, Biden reflexionó sobre su trayectoria política de medio siglo, recordando eventos históricos desde la Guerra Fría hasta las intervenciones en Irak y Afganistán. A pesar de los desafíos actuales, el mandatario se mostró optimista, afirmando que “las cosas pueden mejorar” y rechazando la desesperación que muchos sienten ante la situación global.
El presidente abordó específicamente la crisis en la frontera entre Israel y Líbano, donde la tensión ha alcanzado niveles críticos tras el inicio de la guerra en Gaza, desencadenada por los ataques de Hamás el 7 de octubre de 2023. Biden subrayó que una guerra a gran escala no beneficiaría a nadie y expresó su esperanza de que aún sea posible alcanzar una solución diplomática.
Biden instó a Israel y Hamás a negociar un alto el fuego en Gaza, así como a facilitar la entrada de ayuda humanitaria. “Ahora es el momento para que las partes finalicen los términos, devuelvan a los rehenes y aseguren la seguridad de Israel y Gaza”, enfatizó, reconociendo el sufrimiento de las víctimas en ambos lados del conflicto.
El discurso de Biden se produce en un contexto crítico, donde los recientes bombardeos israelíes en Líbano han dejado más de 500 muertos y miles de desplazados, según autoridades libanesas. A pesar de los esfuerzos de Estados Unidos, Qatar y Egipto por mediar entre Israel y Hamás, el conflicto amenaza con profundizarse y extenderse a otras áreas de la región.
