El presidente estadounidense, Joe Biden, defendió ayer su política migratoria y aseguró que está en negociaciones con el mandatario Andrés Manuel López Obrador para que permita que más de los migrantes expulsados por su país se queden en suelo mexicano.
“Estamos negociando con el presidente de México, creo que vamos a ver un cambio, todos [los migrantes indocumentados] deberían poder ser devueltos”, dijo Biden en la primera rueda de prensa que ofrece desde su investidura el pasado 20 de enero.
Sobre la razón por la que algunas familias permanecen en Estados Unidos, argumentó que México “se niega a recibirlas. Dicen que no las recibirán, no a todas”. Es por eso que se ha iniciado un diálogo. EL UNIVERSAL pidió una postura a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), sin obtener respuesta.
Biden defendió su política migratoria y aseguró que “nada ha cambiado” en la frontera, que el incremento en el flujo migratorio no se debe a que él sea “un gran tipo”, sino que es un incremento normal que se da en los primeros meses del año y que obedece también al empeoramiento de condiciones en los países de origen de los indocumentados.
Estados Unidos, aseguró, adoptará medidas para agilizar la salida de centenares de niños y adolescentes migrantes de los centros de detención en la frontera donde se encuentran hacinados para trasladarlos a sitios adecuados. Fue contundente sobre su decisión, nada más llegar a la Casa Blanca, de retirar algunas de las estrictas normas aplicadas por Donald Trump para frenar la inmigración. “No me disculparé por eso, por finalizar programas que no existían antes de que Trump fuera presidente y que han tenido un impacto increíblemente negativo”, tanto en la ley de EU y en la normativa internacional como en la “dignidad humana”.
Cuando le insistieron sobre el tema fronterizo, Biden señaló que su gobierno adoptaría medidas para enfrentar la situación, entre ellas crear espacio en una base del ejército en Texas para albergar a unos 5 mil menores. Afirmó que su gobierno continúa expulsando con rapidez a la mayoría de los adultos y familias en apego a una orden de salud pública impuesta al inicio de la pandemia de coronavirus.
Biden dijo que su gobierno trabaja para ayudar a los países de origen de los migrantes con soluciones de largo plazo a sus problemas, y señaló un paquete de asistencia por 700 millones de dólares para América Central.
Biden dijo que su intención es “presentarme a la reelección”, después de que en campaña ofreció, debido a su edad —78 años—, ser presidente de un solo mandato. Sin embargo, Biden aclaró ayer que “respeto al destino”, y que nunca en su vida ha podido “planear con tres años y medio, cuatro años de anticipación”.
También prometió que se administrarán 200 millones de dosis contra el Covid-19 en su país antes de mayo, frente a las 100 millones que prometió inicialmente para sus primeros 100 días.
En materia de política exterior, habló de China, Norcorea y Afganistán. Sobre el primero, dijo que no permitirá que se convierta en la primera potencia mundial mientras él esté en el poder y afirmó que obligará a ese país a “rendir cuentas” por sus actos. Señaló que no busca la “confrontación” con el gigante asiático. Describió al presidente chino, Xi Jinping, como alguien que “no tiene un solo hueso democrático en su cuerpo”, pero que es “muy, muy inteligente”.
De Norcorea, advirtió que “habrá una respuesta si eligen una escalada” y reconoció que será difícil cumplir el objetivo de retirar las tropas de Afganistán para mayo. “Nos iremos. La cuestión es cuándo”.
Fuente: EL UNIVERSAL