
Estados Unidos desató un conflicto comercial al imponer un arancel del 25% a las importaciones de automóviles, lo que provocó una dura respuesta de Canadá y una estrategia cautelosa por parte de México.
El Primer Ministro canadiense, Mark Carney, fue tajante en su rechazo a la decisión del presidente estadounidense Donald Trump. “Ya no es un socio confiable. La vieja relación se terminó”, declaró, adelantando que su gobierno aplicará aranceles de represalia diseñados para afectar mínimamente a Canadá y generar un impacto mayor en EE.UU.
Mientras tanto, en México, el Secretario de Economía, Marcelo Ebrard, enfatizó la importancia de negociar un trato preferente antes de la entrada en vigor de los aranceles el próximo 2 de abril. “Si el sistema cambia y enfrentamos aranceles altos, debemos garantizar que los productos hechos en México sean más competitivos que los de Alemania, Japón o Corea del Sur”, señaló desde Washington, donde se encuentra en negociaciones con funcionarios estadounidenses.
Tensión global por los aranceles
En Europa, la medida de Trump también provocó reacciones. Robert Habeck, Ministro de Economía de Alemania, defendió a Volkswagen y pidió una respuesta contundente de la Unión Europea. “No nos doblegaremos. La UE debe dar una respuesta firme”, expresó.
Por su parte, la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció reuniones con directivos globales de la industria automotriz para evaluar el impacto de los aranceles y fortalecer la integración con Estados Unidos.
Las tensiones comerciales entre EE.UU. y sus socios de Norteamérica y Europa han escalado rápidamente, y las próximas negociaciones serán clave para definir el futuro del sector automotriz global.