La Casa Blanca emitió una advertencia contundente al revelar un memorándum durante el fin de semana que identifica a México como uno de los principales países a nivel mundial involucrados en la producción y tráfico de drogas ilícitas. Esta lista, publicada por Washington, incluye un total de 23 naciones con una presencia significativa en la producción y el flujo de sustancias estupefacientes.
En la mencionada lista se encuentran varias naciones latinoamericanas, entre ellas México, Colombia, Bolivia, Venezuela, Perú, Ecuador, El Salvador, Guatemala y Honduras. Además, países como China, Afganistán y Pakistán también son señalados en el informe.
Es importante destacar que la presencia de un país en esta lista no necesariamente refleja los esfuerzos antidrogas de su gobierno o su nivel de cooperación con Estados Unidos. Según se explicó, la inclusión de países se basa en una combinación de factores geográficos, comerciales y económicos que facilitan el tránsito o la producción de drogas ilícitas.
La Ley de Autorización de Defensa Nacional para el año fiscal 2023 (Ley Pública 117-263) ha ampliado la definición de los principales países fuente de drogas para incluir naciones que son fuentes de precursores químicos utilizados en la producción de drogas ilícitas que afectan a Estados Unidos. Esto se debe a que países con grandes industrias químicas y farmacéuticas enfrentan el desafío de prevenir el desvío de precursores químicos hacia la producción de sustancias como el fentanilo.
China ha sido identificada como uno de los principales países fuente debido a cambios en la legislación. En este contexto, la Casa Blanca insta enfáticamente a las autoridades de países fuente de sustancias químicas a fortalecer las cadenas de suministro de precursores y a prevenir su desvío, especialmente en relación con las drogas opioides sintéticas como el fentanilo.
Las drogas sintéticas, como el fentanilo, pueden producirse en cualquier lugar utilizando precursores químicos de fácil acceso para fines legítimos, a una fracción del costo y tiempo requeridos por las organizaciones criminales para fabricar drogas a partir de plantas.
La administración estadounidense insiste en la importancia de combatir las organizaciones criminales, mejorar el intercambio de información y la colaboración internacional, así como desarrollar capacidades para detectar y frenar tanto la producción como el tráfico de drogas y el desvío de productos químicos.
