En apenas ocho días, la Fiscalía de Colombia, en colaboración con la Policía y el Ejército, llevó a cabo lo que califica como una “gigantesca” ofensiva contra el Clan del Golfo, que permitió detener a 90 presuntos integrantes del grupo delincuencial.
Los detenidos han sido imputados por diversos crímenes que incluyen homicidio, desaparición forzada, fabricación y tenencia de estupefacientes, fabricación y tenencia de armas de fuego, extorsión o asociación para delinquir agravada, por lo que ya fueron puestos a disposición judicial.
Las detenciones y las pruebas obtenidas en la operación han permitido a las autoridades colombianas avanzar en el esclarecimiento de 27 asesinatos, dos tentativas de homicidio y un caso de desaparición forzada registrados este año en distintos municipios de Cesar, Córdoba y Bolívar.
Además, en la operación se ha podido asegurar dinero en efectivo, 22 armas de fuego, cartuchos de distintos calibres, explosivos, 36 equipos de comunicación, seis vehículos y “una cantidad importante” de uniformes, botas y chalecos, entre otras.
A finales de octubre, las autoridades colombianas detuvieron a Dairo Antonio Úsuga, alias “Otoniel”, líder del Clan del Golfo y el narcotraficante más buscado de Colombia.
Para el presidente, Iván Duque, la detención de “Otoniel” fue el golpe más duro que se ha propinado al narcotráfico en este siglo en Colombia.