Un tribunal de China condenó a la periodista y abogada Zhang Zhan, de 37 años fue declarada culpable de “difundir información falsa” durante las primeras etapas del brote del coronavirus en Wuhan, epicentro de la epidemia.
En este veredicto se dictó en medio de una turbulenta manifestación que en su mayoría pedían la libertad de la periodista, pero los asistentes fueron reprimidos por fuerzas de la seguridad china desde el inicio del proceso.
También habían intentado interceder por ella otros periodistas locales e internacionales, incluso diplomáticos extranjeros que exigían la libertad de Zhang Zhan ya que dicen ella ejerció su profesión, pero se les negó la entrada al edificio.
Zhang, quien actualmente reside en Shanghái, viajó en febrero a la ciudad de Wuhan, para interiorizarse sobre lo que estaba ocurriendo con la pandemia de coronavirus, en ese momento desconocida en el mundo. En aquel momento, bajo confinamiento, decidió divulgar en sus redes sociales varios reportajes e información crítica sobre la caótica situación que se vivía en los hospitales.
En mayo fue detenida, imputada por “incitar disturbios, dar entrevistas a medios extranjeros y manipular maliciosamente” información sobre el brote.
Según informó el diario hongkonés Apple Daily, Zhang se negó a aceptar los cargos por considerar que sus informaciones -publicadas a través de plataformas chinas como WeChat y otras, prohibidas en el país, como Twitter o YouTube- no deberían ser censuradas.
En junio pasado, Zhang inició una huelga de hambre para protestar contra su arresto, pero fue alimentada a la fuerza por vía nasal, denunciaron sus abogados.
En sus artículos, la periodista denunciaba una “grave violación de los derechos humanos” en medio de la primera cuarentena impuesta en la ciudad china.
Sin embargo, Zhang no fue la única detenida por haber divulgado información sobre este suceso. También arrestaron a otras tres personas, el empresario Fan Bing, el abogado Chen Qiushi y el reportero Li Zehua, aunque este último fue puesto en libertad en abril.
El proceso judicial en contra de la periodista comenzó unos días antes de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) llegara a China para investigar los orígenes de la pandemia de COVID-19.
La Fiscalía había pedido una sentencia de entre cuatro y cinco años de prisión, tras acusarla por “publicar repetidamente un gran número de informaciones falsas” y aceptar entrevistas con medios extranjeros para “exagerar maliciosamente” la situación del coronavirus en Wuhan.
Mientras ella daba entrevistas a medios internacionales de lo que se vivía en China por esta pandemia, autoridades intentaron minimizar la situación y tardaron semanas en dar a conocer la preocupante situación algo que costó la vida de millones de personas en todo el mundo que desconocía este virus.
Fuente: https://www.informador.mx