La Guardia Civil ha detenido a uno de los delincuentes más buscados de España: un joven de 23 años, identificado como J.A.F., acusado de ser el mayor ciberestafador de la historia del país. Junto a él, en la denominada como Operación Lupin, ha sido arrestado el informático y el responsable de captación de las ‘mulas’. Los tres han ingresado en prisión provisional sin fianza.
El hombre, que contaba con más de 25 requisitorias judiciales en vigor, tenía ingresos de más de 300.000 euros al mes, que conseguía utilizando un grupo criminal al que tenía a sueldo, según ha informado la Guardia Civil.
Durante la investigación se han rastreado casi 30 tiendas online fraudulentas diferentes gestionadas por el detenido. En el arresto, además del material informático, se le intervinieron más de 50 teléfonos móviles y más de 100 tarjetas SIM prepago a nombre de terceras personas.
Suplantanto tiendas de reconocido prestigio en Internet
Las estafas eran cometidas por la venta de productos electrónicos a través de tiendas online que suplantaban a otras legales y de reconocido prestigio, llegando incluso a utilizar sus logos y nombres de marca. Estás páginas fraudulentas llegaban a durar apenas un fin desemana, durante el que realizaban una publicidad masiva y campaña de posicionamiento para captar al mayor número posible de compradores.
Ofrecía principalmente productos de informática, como videoconsolas o teléfonos móviles, así como cualquier otro producto atractivo, como aparatos de aire acondicionado en verano o gasóleo de calefacción en invierno.
Estas tiendas ilegales obligaban a efectuar el pago a través de transferencia bancaria, por lo que el estafador manejaba cientos de ellas, al igual que de tarjetas SIM de teléfono, puestas normalmente a nombre de otras personas (mulas) a las que pagaba elevadas cantidades de dinero por facilitar sus datos personales para ese fin.
Otras estafas
Aunque la investigación ha durado un año, la Guardia Civil sospecha que el ciberdelincuente hacía tres años que realizaba esta actividad delictiva. Además, con el tiempo sus estafas fueron perfeccionándose. Así, convencía a sus víctimas para que se instalaran una App que supuestamente informaba del seguimiento del pedido, pero en realidad la aplicación desviaba todos los SMS de su teléfono para poder tener los códigos enviados por los bancos. De ese modo podía firmar transferencias y efectuar cargos a las tarjetas de crédito por elevados importes, llegando incluso a vaciar las cuentas de algunas de sus víctimas.
La próxima gran estafa que estaba preparando pretendía conseguir 1 millón de euros en una sola jornada, el próximo ‘Black Friday’ (29 de noviembre), para lo que ya estaban preparando todo el material necesario: páginas webs, cuentas corrientes y teléfonos móviles, entre otros.
Palizas por traición
El cabecilla de esta trama trabajaba con un grupo perfectamente organizado. Cada uno de sus integrantes tenía una función determinada y recibía un salario, como si de una empresa se tratara.
J.A.F. tomaba “exageradas medidas de seguridad”: utilizaba distintas identidades y no llegaba a residir más de una semana en un mismo domicilio, que normalmente eran hoteles de Madrid y de algunos municipios cercanos.
Sobre las ‘mulas’, el estafador mantenía un gran control y ejercía medidas represivas cuando se quedaban con más dinero del estipulado, como publicar su número de teléfono en foros de afectados por la estafa o incluso pagar a terceros para que le pegaran una paliza a uno de estos ‘trabajadores’.
El Departamento de Delitos Telemáticos de la Unidad de Crimen Organizado (ICO) ha puesto a disposición de todos los posibles afectados una página web para canalizar las denuncias.
Fuente: https://www.actualidad.rt.com