El presidente estadounidense Donald Trump anunció este lunes en la Casa Blanca una medida de presión contra Rusia: aplicaría un arancel del 100 % sobre sus importaciones si en un plazo de 50 días no se logra un acuerdo de paz en Ucrania. La advertencia se produjo durante un anuncio en conjunto con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, donde Trump detalló que serían sanciones secundarias, dirigidas no sólo a Rusia, sino también a cualquier país que mantenga comercio energético con Moscú.
Según informaron medios como Reuters y The Guardian, Trump aseguró estar “muy, muy disgustado” con la actuación rusa y sostuvo que el impuesto arancelario se activaría automáticamente si no hay un alto al fuego o un avance sustancial en las negociaciones. Esta presión comercial se suma al compromiso de suministrar sistemas de defensa a Ucrania, incluidos los misiles Patriot, cuya entrega sería financiada por la OTAN.
El anuncio ha generado reacciones mixtas en el Congreso de EE.UU., donde algunos legisladores plantean sanciones aún más drásticas, como tarifas del 500 % sobre productos de naciones que continúen comprando energía rusa, incluidas naciones como China e India. Aunque con respaldo bipartidista en el Senado, expertos alertan sobre las consecuencias para los precios globales de energía y tensión con países aliados .
El enfoque de Trump plantea un uso agresivo de la política comercial como herramienta diplomática en conflictos internacionales. Al combinar sanciones económicas con respaldo militar a Ucrania, busca obligar a Moscú a negociar en un corto plazo. La efectividad de esta estrategia podría depender del apoyo de países aliados y de las posibles represalias en los mercados globales de energía y comercio.
