
El ejército de Estados Unidos interceptó recientemente varios misiles lanzados por Irán hacia instalaciones estadounidenses en Oriente Medio, lo que provocó una nueva crisis en la región y elevó el nivel de alerta internacional. Según fuentes locales, las defensas norteamericanas activaron un sistema de defensa antimisiles para neutralizar las amenazas en vuelo.
Esta acción se enmarca en un momento de alta tensión, pues el líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, ha advertido a Israel y Estados Unidos que si intervienen en el conflicto militar, Irán responderá con firmeza y sin piedad. Jamenei señaló que la confrontación ha escalado a un punto en el que cualquier nueva agresión será contestada de manera contundente.
En paralelo, el Departamento de Estado de Estados Unidos decidió aumentar la alerta de viaje para Israel, colocándolo en “Nivel 4: no viajar”, debido a los constantes lanzamientos iraníes de misiles y drones hacia su territorio. Además, cerca de 30 000 efectivos estadounidenses mantienen una presencia militar en la región, reforzada por contingentes adicionales ante el incremento de amenazas.
Ante este panorama, diversas naciones del G7 han hecho un llamado a la desescalada y al respeto al derecho internacional, tratando de evitar que el enfrentamiento alcance un conflicto a mayor escala. Sin embargo, la cancelación de conversaciones diplomáticas entre Estados Unidos e Irán, originalmente planeadas en Omán, complica aún más el diálogo y aumenta la incertidumbre en la zona .










