Washington, Estados Unidos.- El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, informó que el Gobierno de Estados Unidos está dispuesto a ofrecer ayuda humanitaria inmediata a la población de Cuba afectada por el huracán “Melissa”, que devastó el este de la isla con vientos cercanos a los 300 kilómetros por hora.
A través de una publicación en la red social X (antes Twitter), Rubio señaló que el Departamento de Estado ha emitido una declaración de ayuda humanitaria similar a la aplicada en otros países del Caribe impactados por el ciclón. Explicó que Washington está preparado para proporcionar asistencia directamente o mediante socios locales con presencia en la región.
“Después de la devastación que causó el huracán ‘Melissa’ en el este de Cuba, la administración Trump apoya al valiente pueblo cubano que sigue luchando para cubrir sus necesidades básicas”, afirmó el funcionario.
De acuerdo con informes preliminares, el huracán “Melissa” —que tocó tierra con vientos sostenidos de 298 kilómetros por hora— destruyó viviendas, arrasó carreteras y provocó severos daños a la infraestructura eléctrica y agrícola antes de dirigirse hacia el oriente cubano. Hasta el momento se desconoce el alcance total de las afectaciones.
Un portavoz del Departamento de Estado precisó que Cuba no ha solicitado formalmente ayuda federal, aunque Estados Unidos mantiene abiertas las vías legales para canalizar apoyo humanitario a través de organizaciones internacionales y donaciones privadas.
Rubio recordó que la legislación estadounidense permite excepciones humanitarias al embargo económico, particularmente en materia de alimentos, medicinas y bienes esenciales destinados a la atención de emergencias y desastres naturales.
“Animamos a quienes deseen apoyar directamente al pueblo cubano a que se pongan en contacto con nosotros si surge algún problema”, añadió el secretario de Estado.
El gobierno de Donald Trump ha endurecido su política hacia La Habana, revirtiendo las medidas de apertura implementadas por el ex presidente Joe Biden, y reafirmando tanto la prohibición de turismo estadounidense a Cuba como el mantenimiento del embargo económico.
A pesar de las tensiones diplomáticas, Washington aseguró que la asistencia humanitaria no estará sujeta a restricciones políticas, y que su prioridad inmediata es atender las necesidades básicas de la población cubana afectada por el paso del huracán.
