
El gobierno de Estados Unidos anunció medidas contra México debido a decisiones tomadas por las autoridades mexicanas en 2022 y 2023, que implicaron la rescisión de franjas horarias para aerolíneas estadounidenses y la reubicación obligatoria de sus operaciones de carga en la Ciudad de México. Estas acciones han generado preocupación en Washington, que ahora amenaza con limitar la aprobación de vuelos provenientes de México si no se atienden sus reclamos.
Sean Duffy, secretario de Transporte estadounidense, señaló que México ha incumplido un acuerdo bilateral al restringir horarios de vuelo y exigir que las aerolíneas de carga estadounidenses cambien su base de operaciones, lo que ha provocado pérdidas millonarias para estas empresas. Además, el departamento propuso retirar la inmunidad antimonopolio a la alianza empresarial entre Delta Air Line y Aeroméxico para mejorar la competencia en el mercado.
Las órdenes del Departamento de Transporte de Estados Unidos exigen a las aerolíneas mexicanas detallar y obtener autorización previa para sus vuelos dentro del territorio estadounidense, además de suspender ciertos vuelos chárter de gran tamaño hasta que se resuelvan las disputas. Desde Washington se asegura que las medidas tomadas por México alteran injustamente el equilibrio competitivo, perjudicando a empresas, consumidores y el flujo de mercancías urgentes entre ambos países.
Aunque esta sanción afectaría las inversiones y colaboraciones actuales, Delta podría mantener su participación en Aeroméxico, preservar las rutas existentes y continuar operando mientras se negocian las diferencias. Las autoridades estadounidenses esperan que México tome acciones concretas para aliviar la congestión en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, cuya falta de expansión se señala como uno de los factores que agravan el conflicto.
Este desencuentro resalta las tensiones en materia de aviación entre ambos países y los retos para equilibrar la seguridad, competencia y operación eficiente en uno de los mercados aéreos más importantes del continente. Por ahora, la amenaza estadounidense busca presionar a México a revisar sus políticas y garantizar la reciprocidad en las relaciones aéreas.










