El Gobierno de Nicolás Maduro entregó un gran lote de ayuda humanitaria a la población del estado Táchira, en la frontera con Colombia. Allí el delegado del Ejecutivo y encargado de la distribución, Freddy Bernal, aseguró que Caracas no permitirá una escalada de la crisis. “Aquí no habrá guerra, nosotros no vamos a permitir una guerra en Venezuela”, dijo.
Los productos fueron repartidos en las inmediaciones del puente Las Tienditas, que une al país con Colombia. Las obras de este paso fronterizo terminaron en 2016 con financiamiento exclusivamente venezolano, pero nunca ha estado operativo.
Entre otras cosas la población recibió medicamentos, como analgésicos, antibiótico o inflamatorios, que actualmente son escasos. Al respecto, los ciudadanos señalan que hay necesidades y que el levantamiento del bloqueo económico sería mucho más eficaz que la iniciativa de EE.UU. de entregar la supuesta ‘ayuda humanitaria’.
“Más que ayuda humanitaria necesitaríamos el desbloqueo económico, porque en realidad de nada sirve que llegues a mi casa y me des una ayuda”, dijo una ciudadana. “Sería una gran mentira decir que aquí hay medicamentos y que hay comida”, dijo otro residente de la zona. “Necesitamos que por favor colaboren, porque nosotros estamos con el Gobierno y en contra de los gringos que quieren robar el país”, añadió otro ciudadano.
Por su parte, la oposición informó que también repartió ayuda humanitaria. El diputado Juan Guaidó lo anunció a través de Twitter. Sin embargo, el diario venezolano El Nacional dio cuenta que estos insumos estaban en Caracas desde diciembre y no están relacionados con lo enviado por Washington.
Asimismo, el dirigente opositor convocó una manifestación para exigir la apertura del puente antes mencionado, ya que del otro lado están los ‘containers’ enviados por el Gobierno de Donald Trump. Sin embargo, si bien se acusa al chavismo de mantener cerrado Las Tienditas, se omite que este no está habilitado por las fricciones entre Bogotá y Caracas y se encontraba bloqueado del lado colombiano desde hace por lo menos dos años.
La frustración estadounidense
Mientras muchos critican el papel de EE.UU. en la crisis venezolana, su embajador en Colombia, Kevin Withaker, declaró en una entrevista que “la presencia de países como Rusia y China en la región es muy nefasta”. Para el analista internacional José Antonio Egido, esto es el planteo de “una frustración y un desespero porque hemos entrado en un mundo multipolar”.
“Las opiniones de Rusia, China, de los no-alineados e incluso de la Asamblea General de la ONU, limitan la libertad de acción de los EE.UU. en contra de la soberanía de los países”, añadió el especialista, remarcando que “ya no tienen la impunidad” con la que actuaron durante el siglo XX en América Latina, donde protagonizaron “infinidad de golpes de Estado”.
Finalmente, apuntó que “la paz es lo que preocupa a los pueblos del mundo y sobre todo al venezolano, que se ve amenazado por una intervención militar devastadora y catastrófica”. Y marcó la contradicción de que Washington quiera “introducir 20 millones de dólares de ayuda humanitaria cuando está bloqueando miles de millones con los que el Gobierno venezolano podría abastecer a la población”. “La ayuda humanitaria es la manera inmoral de justificar una agresión militar”, concluyó.
Fuente: actualidad.rt.com
