Durante su homilía en la misa de Año Nuevo, el Papa Francisco colocó gran parte de sus esperanzas para que en 2020 el mundo sea más pacífico para las mujeres, al asegurar que usar la violencia contra ellas equivale “a profanar a Dios”.
En la basílica de San Pedro, el Pontífice criticó “las muchas veces que se sacrifican los cuerpos de las mujeres en el altar profano de la publicidad, de los beneficios y de la pornografía”. El Papa lamentó que sean “continuamente ofendidas, golpeadas, violadas, obligadas a prostituirse o forzadas a abortar”.
Francisco no mencionó si bajo su pontificado podría cambiar la forma en las mujeres son tratadas en la propia Iglesia católica. Según la doctrina del Vaticano, las mujeres no pueden ordenarse sacerdotisas y el puesto principal, el papado, es estrictamente para hombres.
“Si queremos un mundo mejor, que sea una casa de paz y no un patio de batalla, que nos importe la dignidad de la mujer. Las mujeres son donantes y mediadoras de paz y deberían estar completamente asociadas con los procesos de toma de decisiones”, agregó.
En su discurso, el Papa no mencionó el trato que reciben las mujeres al interior de la Iglesia católica. Además de no permitirles ser sacerdotisas, algunos miembros conservadores de la institución se han manifestado en contra de permitir que haya niñas haciendo las funciones de un monaguillo.
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