El Gobierno español ha presentado una protesta formal ante México tras la decisión de excluir al rey Felipe VI de la ceremonia de toma de posesión de la nueva presidenta, Claudia Sheinbaum. Este desaire ha generado un clima de tensión entre ambos países, marcando un hecho sin precedentes en sus relaciones.
Según información confirmada por EFE y adelantada por El País, el Ministerio de Exteriores español convocó el martes al embajador mexicano para entregarle una “nota verbal”, un canal habitual de comunicación entre embajadas y el ministerio. Además, el embajador español en México se dirigió a la Cancillería para transmitir personalmente la queja.
Como consecuencia de esta controversia, el Ejecutivo español ha decidido no participar en la ceremonia de traspaso de poder, lo que contrasta con la presencia de representantes de Sumar, socio en el Gobierno, lo que ha generado descontento entre los socialistas españoles.
Claudia Sheinbaum justificó la exclusión del rey Felipe VI argumentando que no hubo respuesta a una carta enviada en 2019 por el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, en la que se solicitaba una disculpa del monarca por los “atropellos” de la conquista. Este episodio resalta las complejas dinámicas históricas y diplomáticas que aún persisten entre España y México.