El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, calificó como el “peor error” la política de máxima presión ejercida por Estados Unidos contra su país, en referencia al despliegue de al menos ocho buques de guerra y un submarino nuclear en el mar Caribe, con las costas venezolanas como objetivo. En una conferencia de prensa en Caracas, Maduro denunció que esta acción representa “una amenaza extravagante, injustificable, inmoral y absolutamente criminal” para la nación latinoamericana, comparable sólo con la crisis de los misiles de Cuba de 1962.
Maduro dirigió duras críticas contra el jefe del Departamento de Estado de EE.UU., Marco Rubio, a quien calificó como “señor guerra” y acusó de intentar “manchar de sangre” las manos del presidente Donald Trump. A pesar de ello, expresó que no tiene animadversión con Trump y que confía en que optará por la paz, señalando que Venezuela es su único aliado en la región.
El mandatario venezolano aseguró que, ante esta “máxima presión militar”, Venezuela ha declarado un estado de “máxima preparación para la defensa nacional”, incluyendo el alistamiento de milicias y reservistas. Advirtió que si su país llegara a ser agredido, pasaría a un período de lucha armada “para defender el territorio nacional”.
Maduro también manifestó su esperanza de que se mantengan abiertos los canales diplomáticos con Estados Unidos, a pesar de estar “malogrados” por las tensiones militares. Durante el encuentro, rechazó la narrativa de Washington que vincula al gobierno venezolano con el narcotráfico y afirmó que están “preparados para enfrentar cualquier ataque”.
Por otra parte, el presidente pidió a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) convocar una cumbre para denunciar lo que calificó como planes de agresión por parte de Estados Unidos. A su vez, destacó que la mayoría de los países caribeños respaldan a Venezuela, aunque mencionó que Guyana y Trinidad y Tobago apoyan la presencia militar estadounidense en la región.
