La canciller alemana, Angela Merkel, reconoció que mantiene diferencias con el presidente francés, Emmanuel Macron, en su visión sobre el futuro del euro, pero agregó que París y Berlín “siempre” hallan “soluciones comunes”.
Merkel realizó estas declaraciones durante un debate sobre el futuro de Europa con alumnos de formación profesional de un centro de estudios de Berlín, en el que afirmó no obstante que Macron y ella comparten puntos de vista similares en política de asilo e inmigración, seguridad, investigación, innovación y asuntos exteriores.
“Tenemos semejanzas en las cuestiones fundamentales”, aseguró la canciller al ser interrogada al respecto por uno de los siete estudiantes que subieron al podio con ella, aunque reconoció “acentos distintos” entre ambos sobre la cuestión de “cómo avanzar con el euro”.
Alemania, agregó, hace recaer el énfasis en la mejora de “la competitividad y la eficiencia”, mientras que Francia, bajo Macron, apuesta por avanzar “más rápido” hacia la integración.
Pese a las diferencias, en donde sólo apuntó los problemas para consensuar el depósito de garantías bancarias -último pilar de la unión bancaria-, subrayó que siempre alcanzan un consenso.
“Siempre encontramos soluciones comunes”, aseguró.
Merkel abogó asimismo por un reparto de competencias entre la UE y los estados nacionales de tal forma que Bruselas se encargue de hacer “lo que puede hacer mejor que cada país por separado” e indicó que además de agricultura y comercio, se están dando pasos ahora para que la UE lleve progresivamente la protección de las fronteras exteriores y la política de Defensa.
A preguntas de un joven sirio de 19 años que llegó a Alemania en 2016 y ha recibido asilo, aseguró que Berlín “no puede dar la impresión de que todos los afganos pueden venir” y ser acogidos, algo que sería una “falsa promesa”.
Alrededor de la mitad de los afganos no obtienen asilo en Alemania y se les trata de expulsar alegando que ciertas zonas del país -en el que Alemania lleva 16 años implicado militar y diplomáticamente- están pacificadas.
No obstante, indicó Merkel, el Gobierno alemán está revisando su posición sobre la situación de seguridad en Afganistán, algo en parte debido a la fuerte contestación social a las deportaciones.
El acto también sirvió para que los estudiantes, unos 70 jóvenes de unos 20 años, le expresasen a la canciller sus preocupaciones y deseos, desde la mejora del reconocimiento a la profesión del educador al acercamiento de la política a la calle, pasando por las becas Erasmus+ para estudiar en la UE.
En un ambiente distendido, Merkel se ganó varios aplausos de la audiencia, como cuando pidió a los jóvenes que se implicasen en política o cuando, tras una pregunta formulada de forma enrevesada un joven del podio le preguntó “¿Me entiende?” y ella respondió sonriente: “Hasta cierto punto”.
Fuera, tanto al acceder a la sala del debate como al salir del Centro de Formación Profesional Jane Addams, Merkel accedió a hacerse “selfies” con decenas de jóvenes estudiantes.
Algunas filas más atrás, algunos jóvenes agitaban pancartas exigiendo salarios justos para los profesionales de la educación.
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