Parapléjico vuelve a caminar gracias a la Inteligencia Artificial

Un importante avance en neurociencia ha permitido que un paciente parapléjico recupere la movilidad gracias a la combinación de implantes cerebrales y la utilización de inteligencia artificial. Gert-Jan, el paciente en cuestión, fue sometido a una serie de operaciones en las que se le colocaron dos implantes: uno en la médula espinal y otro en el cerebro, estableciendo así una interfaz entre su cerebro y un ordenador.

El investigador Guillaume Charvet, del Comisariado de Energía Atómica francés, explicó que la interfaz es capaz de registrar la actividad cerebral en el córtex y traducir los estímulos cerebrales en datos digitales a través de 64 electrodos. Tras un período de aprendizaje tanto del paciente como de la máquina, los estímulos cerebrales se convierten en movimiento en el implante de la médula espinal.

Después de meses de entrenamiento, Gert-Jan fue capaz de imaginarse moviendo sus piernas, lo que generaba estímulos cerebrales que se traducían en movimiento a través de la interfaz y los implantes. Inicialmente, practicó sus movimientos en un avatar digital en pantalla, y posteriormente el sistema se conectó directamente a su médula espinal.

La neurocirujana Jocelyne Bloch, una de las responsables del proyecto, describió cómo Gert-Jan logró dar sus primeros pasos con ayuda de un andador después de unos minutos de entrenamiento. Aunque el sistema todavía requiere auriculares para enviar órdenes y un ordenador portátil para decodificarlas antes de que lleguen a la médula espinal, los investigadores están entusiasmados con el vínculo establecido entre el cerebro y la máquina, y el potencial que tiene la inteligencia artificial en este campo.

Los investigadores tienen como objetivo difundir esta tecnología a más pacientes y trabajar en su industrialización. Se espera que en un futuro cercano se pueda llevar esta movilidad a las extremidades superiores, lo que sería especialmente beneficioso para personas tetrapléjicas.

La compañía neerlandesa Onward Medical ha obtenido apoyo de la Comisión Europea para desarrollar una versión comercial de esta interfaz digital en colaboración con las instituciones de investigación involucradas en el proyecto.

Los responsables del proyecto también destacaron que esta tecnología podría aplicarse a personas que han sufrido parálisis debido a un ataque cerebrovascular o ictus. Sin embargo, es necesario que los pacientes tengan al menos seis centímetros de médula espinal intactos para que los electrodos puedan controlar el movimiento de las extremidades.

La profesora Bloch enfatizó que aunque se estima que pasarán alrededor de cinco años antes de que esta tecnología esté disponible para todos, el proyecto está proporcionando valiosos conocimientos en el campo de la neurociencia. Además, se ha observado que el primer paciente ha experimentado mejoras en las percepciones sensoriales y capacidades motoras, incluso cuando la interfaz está apagada, lo que sugiere un potencial para la recuperación de funciones neurológicas naturales perdidas.

Este avance representa un hito significativo en la búsqueda de soluciones para personas con discapacidades neurológicas, abriendo nuevas posibilidades para mejorar la calidad de vida de quienes las padecen.

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