El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, rindió protesta ante el rey Felipe VI y un ejemplar de la Constitución, formalizando así su posición al frente del Ejecutivo. El breve pero solemne evento contó con la presencia de destacados representantes de las instituciones estatales como testigos.
La ceremonia, que siguió el protocolo establecido, incluyó la lectura del real decreto de nombramiento por parte del monarca español, publicado recientemente en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Sin la presencia de símbolos religiosos y con su mano derecha apoyada en la Constitución, Sánchez pronunció las palabras de toma de posesión, comprometiéndose a cumplir fielmente con las obligaciones de su cargo, mostrar lealtad al rey y respetar la Constitución como la norma fundamental del Estado.
Este es el tercer acto de investidura que Sánchez realiza ante Felipe VI, siendo los anteriores en julio de 2018, tras la moción de censura a Mariano Rajoy, y en enero de 2020, cuando constituyó el primer gobierno de coalición de la democracia española.
El contexto político y social en el que Sánchez asume nuevamente su cargo está marcado por la tensión, especialmente debido a la futura aprobación de una ley de amnistía para los independentistas catalanes procesados por el intento secesionista de 2017. Aunque no hay información oficial, se especula que el presidente realizará cambios en su equipo de gobierno en los próximos días, lo que añade expectación a esta nueva legislatura.