Rebelión del Grupo Wagner sacude a Rusia: Crisis en manos del “Chef de Putin”

El pasado fin de semana, Rusia vivió uno de los episodios más tensos de los últimos años con la toma armada de sus calles por parte de los mercenarios del Grupo Wagner, comandado por el infame “Chef de Putin”, Yevgeny Prigozhin. Los acontecimientos se desataron cuando los hombres armados invadieron la ciudad de Rostov, dejando a su paso una estela de caos y destrucción. Imágenes publicadas en las redes sociales captaron el momento en que los mercenarios se dirigían hacia la capital, Moscú.

El objetivo de Prigozhin, conocido como el “Chef de Putin”, era tomar venganza por los bombardeos del ejército ruso en zonas de Ucrania donde se encontraban los campamentos de los mercenarios de Wagner. Según informes, varios miembros del grupo perdieron la vida en estos ataques. Ante esta situación, expertos militares citados por el Daily Star afirmaron que el presidente Vladimir Putin se encuentra escondido, temeroso de sufrir el mismo castigo que inflige Wagner a sus desertores.

Los expertos señalaron que el exagente de la KGB se refugia en su fortaleza forestal, donde incluso vive con varios de sus dobles para evitar ser capturado en caso de un motín. En tal eventualidad, Prigozhin y su equipo de mercenarios, conformado por exmilitares y exconvictos cuyas sentencias fueron perdonadas para luchar en Rusia, podrían castrarlo.

La fallida rebelión del grupo paramilitar Wagner ha desencadenado la peor crisis a la que se ha enfrentado Putin desde que asumió el poder. Algunos puntos clave aún son un misterio, como desglosa la agencia AFP: la última aparición pública del líder de Wagner, Yevgeny Prigozhin, fue cuando abandonó la ciudad rusa de Rostov entre aplausos de los habitantes después de tomar el control de un cuartel militar.

El Kremlin afirmó que Prigozhin tenía “la palabra” de Putin para abandonar el territorio ruso y dirigirse a Bielorrusia, país aliado de Moscú, donde no enfrentaría cargos penales. Sin embargo, una fuente de la Fiscalía General rusa reveló que el caso no estaba cerrado y que la investigación continuaba.

El bloguero militar ruso Michael Nacke cree que Prigozhin establecerá una base para Wagner en Bielorrusia y continuará con las operaciones del grupo en África. Prigozhin se ha vuelto extremadamente vulnerable y podría enfrentar prisión o incluso ser asesinado, según dijo a AFP.

La insurrección armada de Prigozhin se produjo poco después de que Putin anunciara que los combatientes de Wagner debían firmar contratos con el ejército. Prigozhin denunció que querían desmantelar el grupo. El Kremlin afirmó que aquellos que siguieron a su líder en la rebelión no enfrentarían cargos penales, como agradecimiento por sus esfuerzos en Ucrania, y que algunos podrían unirse al ejército si así lo deseaban.

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Wagner declaró que su sede principal en San Petersburgo operaba con normalidad según la legislación de la Federación Rusa. Sin embargo, Michael Kofman, experto militar estadounidense, estima que Wagner podría ser completamente desmantelado o absorbido por el ejército. Por su parte, la analista rusa independiente Tatiana Stanovaya asegura que Putin no necesita a Wagner o a Prigozhin y que puede arreglárselas con sus propias fuerzas, mostrándose completamente convencido.

El objetivo oficial de la rebelión de Prigozhin era reemplazar al ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, y al jefe del Estado Mayor, Valeri Guerasimov. Hasta ahora, Putin no ha anunciado ningún cambio en la cúpula militar. Imágenes de la televisión rusa mostraron a Shoigu inspeccionando a sus tropas en Ucrania en su primera aparición después de la insurrección de 24 horas. Por su parte, Guerasimov no ha aparecido en público hasta el momento.

“Bajo la presión de Prigozhin, Putin no tomará ninguna medida”, estima Serguéi Markov, politólogo pro-Kremlin. Rob Lee, del centro de reflexión estadounidense Foreign Policy Research Institute, sostiene que los últimos acontecimientos dan la impresión de que Shoigu y Guerasimov eran débiles, y también demuestran cuán importante es para Putin tener personalidades leales a cargo de sus servicios militares y de seguridad.

Un hecho innegable es que los combatientes de Wagner lograron tomar el control de una parte de Rostov, una ciudad con un millón de habitantes, en tan solo 24 horas, acercándose a Moscú a una distancia de 400 km, o incluso 200 km según Prigozhin, quien afirmó que la toma del cuartel de Rostov se realizó sin un solo disparo. Surgieron preguntas sobre si el líder de Wagner recibió ayuda interna, como creen algunos, o si actuó al ver que su grupo estaba acorralado.

Las declaraciones de Vladimir Alekseyev, primer jefe adjunto del servicio de inteligencia militar ruso (GRU), generaron dudas. En un video publicado el sábado, Alekseyev instaba a los hombres de Wagner a abandonar su rebelión, mientras parecía burlarse de Shoigu y Guerasimov. El Kremlin aseguró que estaba fuera de toda duda que el fallido motín afectara la ofensiva militar en Ucrania, pero los analistas señalan que podría impactar en la moral de los soldados rusos, especialmente en un momento en que se enfrentan a constantes ataques ucranianos.

Wagner representaba una de las fuerzas más combativas dentro del ejército ruso y estaba en la primera línea de la feroz batalla en Bajmut, en el este de Ucrania. Sin embargo, según el analista militar Michael Kofman, desde la toma de Bajmut en mayo, el ejército dependía cada vez menos de Wagner para la defensa en el sur, una de las principales zonas donde las tropas ucranianas intentan abrirse paso a través de las defensas rusas.

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