La municipalidad de Río de Janeiro decretó el miércoles por la noche el “estado de crisis” por las fuertes lluvias, con vientos de hasta 110 kilómetros por hora, que provocaron inundaciones, derribaron árboles y crearon temor de deslizamientos de terrenos en favelas.
El Centro de Operaciones de Río (COR) pidió a los cariocas “desplazarse solamente en caso de extrema necesidad”, advertir a las autoridades si aparecen “señales de rajaduras” en las viviendas y estar atentos “a las sirenas” que avisan de riesgo de deslizamientos.
La zona sur, la más turística, en la que se yuxtaponen favelas y lujosos barrios residenciales, fue una de las más castigadas.
En la favela de Rocinha, la más grande de la ciudad, cayeron 153.2 milímetros de agua en cuatro horas, más de la mitad de la media histórica de febrero.
En Copacabana soplaron vientos de hasta 110 kilómetros por hora, derribando varios árboles en la transitada avenida Nossa Senhora de Copacabana, paralela a la playa, indicó el COR.
Un reportero de la AFP indicó que varias calles que suben desde la playa de Botafogo estaban inundadas, con árboles caídos y embotellamientos.
Se produjeron además cortes de luz en las populosas zona oeste y norte de la ciudad.
El “estado de crisis” es el tercero y más elevado de alerta sobre precipitaciones que pueden causar inundaciones o deslizamientos.
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