Stella Assange pide privacidad para Julian Assange

Assange necesita tiempo para readaptarse a la libertad tras regresar a Australia.

La hispano-sueca Stella Assange, esposa de Julian Assange, solicitó este miércoles privacidad y espacio para su familia mientras su marido se recupera y se adapta a la libertad tras su regreso a Australia. En una rueda de prensa celebrada en un hotel de Camberra, Stella explicó que Assange necesita tiempo para volver a acostumbrarse a la libertad después de pasar cinco años encarcelado en el Reino Unido y casi siete refugiado en la embajada de Ecuador en Londres.

“Julian quería estar aquí hoy, pero me ha pedido que lo haga… Tenéis que entender por lo que ha pasado. Necesita tiempo, necesita recuperarse y esto es un proceso…”, afirmó Stella Assange. Pidió a los medios que respeten su privacidad para que su familia pueda encontrar su lugar y ser una familia antes de que Julian decida hablar de nuevo.

Se esperaba que Julian Assange compareciera ante los medios tras llegar a Camberra en un vuelo privado desde Saipan, Islas Marianas del Norte, donde formalizó el pacto para su libertad ante un tribunal estadounidense. Stella Assange subrayó que, aunque su esposo “no debió pasar ni un solo día en prisión, hoy es el día para celebrar que es libre”.

Ante más de un centenar de periodistas, Stella Assange destacó que Julian siempre defenderá los derechos humanos y a las víctimas. El activista llegó al aeropuerto internacional de Camberra alrededor de las 7:40 de la noche, hora local, en un vuelo chárter. Salió del avión poco después del aterrizaje, saludando con el puño en alto a los medios y seguidores que lo esperaban.

Assange fue recibido en la pista de aterrizaje por Stella Assange, a quien besó y abrazó, y por su padre, el arquitecto australiano John Shipton. Julian Assange, de 52 años, compareció a primera hora del miércoles ante la magistrada Ramona Villagomez en el tribunal de Saipan, donde se aceptaron los términos pactados entre el Departamento de Justicia y la defensa de Assange, dejándolo en libertad.

Este episodio marca el fin de una saga de 14 años que comenzó en 2010 con la mayor filtración de documentos clasificados en la historia de Estados Unidos, revelando crímenes de guerra, ataques a civiles en Irak y Afganistán, y el maltrato de presos en Guantánamo, entre otros asuntos.

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