Un total de 82 personas han muerto en el centro-sur de Texas tras las intensas inundaciones provocadas por las lluvias del pasado fin de semana. El condado de Kerr, en la región conocida como Hill Country, concentra la mayoría de los decesos con al menos 68 víctimas, entre ellas 28 niños. Las autoridades informan que aún se reportan alrededor de 40 personas desaparecidas, entre ellas 10 niñas y una monitora que estaban en un campamento cristiano conocido como Camp Mystic.
El gobernador Greg Abbott declaró situación de emergencia y advirtió que las lluvias continuarán en los próximos días, lo que podría agravar aún más las condiciones en las zonas ya saturadas. A su vez, el presidente Donald Trump emitió una declaración de desastre mayor para el condado de Kerr, lo que permite la asistencia federal inmediata a través de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA).
Los equipos de rescate —formados por personal estatal, federal y voluntarios— continúan las búsquedas con apoyo de botes, helicópteros, drones y equipos caninos. Hasta ahora, se han realizado más de 850 rescates en las primeras 36 horas tras el desastre. Con maquinaria pesada se avanza en la remoción de árboles y escombros para facilitar el acceso en las zonas afectadas, especialmente alrededor de Camp Mystic, afectado por el súbito desbordamiento del río Guadalupe.
Las autoridades emitieron alertas por inundaciones repentinas y recomendaron a los residentes de las riberas del río buscar zonas más altas. Se espera que las lluvias persistan por lo menos hasta el martes, lo cual podría causar crecidas adicionales, por lo que se mantiene la vigilancia en varios condados, incluyendo Burnet, Travis, Williamson, Kendall y Tom Green,
Las comunidades locales y organizaciones de emergencia continuarán operando sin descanso en el rescate y búsqueda de desaparecidos, al tiempo que preparan tareas de limpieza y recuperación una vez que el nivel del agua lo permita.
