
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este martes 8 de julio que impondrá un arancel del 50 % a las importaciones de cobre. La medida se suma a los gravámenes ya aplicados al acero y al aluminio, en línea con las políticas proteccionistas bajo la Sección 232 destinadas a fortalecer la industria estadounidense.
Trump reveló la noticia durante una reunión del gabinete en la Casa Blanca, donde señaló que la decisión responde a preocupaciones sobre la seguridad nacional relacionadas con la dependencia del cobre importado. Afirmó que se busca promover la producción local de metales esenciales para sectores como el militar, el eléctrico y el de vehículos eléctricos. Los detalles finos del decreto aún no han sido publicados oficialmente en la plataforma de la Casa Blanca.
Tras el anuncio, los precios del cobre se dispararon: los futuros en la Bolsa de Nueva York (Comex) subieron alrededor de un 10 a 17 %, alcanzando su mayor salto intradía en décadas. Esto benefició a empresas mineras como Freeport‑McMoRan, cuyas acciones se dispararon un 6.1 %, y Southern Copper, que subió un 2.9 %.
El arancel al cobre está previsto que entre en vigor el 1 de agosto, sin concesiones ni extensiones en el plazo, según advirtió Trump. Además, adelantó que también evaluará imposición de gravámenes de hasta el 200 % sobre productos farmacéuticos si las grandes compañías no trasladan su fabricación a suelo estadounidense.
Esta decisión eleva aún más la tensión comercial global y resalta el giro proteccionista de la administración Trump, que enfrenta críticas por elevar presiones inflacionarias y alterar cadenas de suministro internacionales. El impacto se profundizará a partir de agosto, cuando la medida entre en vigor y se empiecen a percibir cambios en los precios y en la dinámica comercial.










