
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva que impone un arancel del 25% a los vehículos y autopartes que no sean fabricados en territorio estadounidense, lo que afectará directamente a la industria automotriz de México y Canadá, a pesar del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
“Este es el inicio del Día de la Liberación en EU, vamos a tomar algo del dinero que nos ha sido arrebatado”, declaró Trump desde la Oficina Oval al anunciar la medida, que entrará en vigor el 2 de abril.
El arancel aplicará tanto a empresas extranjeras como a automotrices estadounidenses que ensamblan vehículos fuera del país, incluidas General Motors y Ford, que tienen plantas en México. Sin embargo, el mandatario planteó que los exportadores de autos desde México y Canadá podrían quedar exentos, pero solo por el valor del contenido estadounidense, gravando las autopartes provenientes de otros países.
Con esta decisión, Trump se aparta de las reglas de origen del T-MEC, que establece que los vehículos con 75% de contenido de América del Norte no deben pagar aranceles.
Industria automotriz en riesgo
México es uno de los mayores productores y exportadores de autos a Estados Unidos. En 2024, el país alcanzó un récord de producción con 3.9 millones de vehículos, de los cuales el 87.2% se destinó a exportación, principalmente al mercado estadounidense.
Entre los modelos fabricados en México y vendidos en EE.UU. están las pickups Chevy Silverado y GMC Sierra (General Motors), la Toyota Tacoma, así como las Dodge Ram y los SUV Jeep Compass (Stellantis).
Violación al T-MEC y reacciones
El exsecretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo, quien participó en la negociación del T-MEC, advirtió que la medida de Trump viola el tratado comercial.
“Trump está cambiando de una regla de integración regional a una regla de origen nacional, lo que no existe en ningún tratado de libre comercio en el mundo”, señaló Guajardo.
El sindicato United Automobile Workers (UAW), que representa a más de un millón de trabajadores, respaldó la decisión del presidente Trump, argumentando que prioriza a los trabajadores estadounidenses sobre las grandes corporaciones.
“Es un regreso a políticas que priorizan a los trabajadores que construyen este país”, afirmó Shawn Fain, líder del sindicato, y agregó que cualquier aumento de precios por los aranceles debería ser atribuido a las empresas, no al Gobierno.
A pesar del respaldo del UAW, la industria automotriz y expertos advierten que la medida podría afectar el comercio y generar represalias por parte de México y Canadá, lo que aumentaría los costos para los consumidores estadounidenses.