A partir de hoy, 4 de junio de 2025, entra en vigor en Estados Unidos un arancel del 50% sobre las importaciones de acero y aluminio, duplicando la tarifa anterior del 25%. La medida, firmada por el presidente Donald Trump mediante una orden ejecutiva, busca proteger la industria nacional y se aplica a todos los países, excepto al Reino Unido, que fue exento de esta alza.
México, tercer proveedor de acero a EE.UU., exporta anualmente más de 6,500 millones de dólares en acero y derivados, y destina el 82% de sus exportaciones de aluminio al mercado estadounidense . El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, calificó la medida como “injusta, insostenible e inconveniente”, argumentando que EE.UU. mantiene un superávit comercial con México en este sector. Ebrard anunció que presentará argumentos para que México sea excluido de esta tarifa, similar a la exención otorgada al Reino Unido.
La presidenta Claudia Sheinbaum expresó que su gobierno mantendrá una postura de diálogo y negociación con EE.UU., y que evaluará las medidas a tomar tras conocer los detalles de la orden ejecutiva.
La industria mexicana teme que esta decisión afecte gravemente a sectores clave como el automotriz, construcción, metalmecánica y electrónica, que dependen del acero y aluminio. Además, se anticipa una caída del 4% en las exportaciones mexicanas de estos metales, lo que podría poner en riesgo miles de empleos e inversiones. Expertos también advierten sobre una posible inundación de acero asiático en mercados fuera de EE.UU., debido a la sobreoferta global.
El gobierno mexicano ha implementado medidas contra el acero chino, pero estas no han sido suficientes para evitar la sanción arancelaria. Se espera que las negociaciones entre ambos países continúen en los próximos días para buscar una solución que minimice el impacto económico y preserve la relación comercial bilateral.
