Mil 600 indocumentados, incluidos los que solicitan asilo, están siendo trasladados a cinco cárceles federales de Estados Unidos, lo que constituye una violación a las leyes de ese país, aseguró Álex Gálvez, abogado especialista en migración, a EL UNIVERSAL.
Explicó que un “agente encubierto” le llamó el pasado 8 de junio para decirle que las autoridades se estaban llevando del centro de detenciones de Otay, en San Diego, a mil 100 migrantes sin papeles, con destino a una cárcel federal en Laredo, Texas. Otros 500 fueron llevados a otras prisiones federales.
“El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas está violando la ley” con esos traslados, subrayó Gálvez, quien argumenta que para poder hacerlo tendrían antes que “cambiar de categoría” a estas personas, que fueron detenidas bajo la ley migratoria y no la penal.
Hasta antes de la administración de Donald Trump, recordó Gálvez, quienes cruzaban la frontera o llegaban a EU sin papeles y eran detenidos recibían como sanción la deportación. Sólo a los reincidentes se les fincaban cargos penales y podían ser encarcelados. Ahora, todos los que ingresan sin papeles y son detectados “van a enfrentar esos cargos criminales”, alertó.
La administración Trump ha asumido una política de Tolerancia Cero en migración, que implica que todos los indocumentados que la policía detiene enfrentan cargos, y que si llevan menores con ellos, éstos son separados y llevados a albergues.
El Departamento de Seguridad Nacional estadounidense reveló que mil 995 menores fueron separados de sus familias entre el 19 de abril y el 31 de mayo; en promedio, 47 niños migrantes por día.
El canciller mexicano, Luis Videgaray, externó el respeto a las “facultades de EU para decidir su política migratoria”, pero advirtió que el gobierno mexicano estará atento para evitar que se “violen los derechos humanos” de los connacionales.
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