Menos de 48 horas después de las históricas elecciones del 5 de noviembre, donde logró una contundente victoria sobre Kamala Harris y los demócratas, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, reafirmó su compromiso de llevar a cabo deportaciones masivas “al precio que sea”. En una entrevista con NBC, Trump enfatizó que la seguridad en la frontera es una prioridad, afirmando que “la gente ha matado y asesinado”, y que los delincuentes deben regresar a sus países de origen.
Trump, quien se ha posicionado como un firme defensor de políticas migratorias estrictas, anunció que su equipo ya está trabajando en acciones ejecutivas que se implementarán desde su primer día en el cargo, el 20 de enero de 2025. “Queremos que la gente venga a nuestro país, pero deben hacerlo legalmente”, subrayó, mientras se comprometía a cerrar la frontera con México en su primer día de gobierno.
Jason Miller, asesor principal de Trump, indicó que las primeras medidas ejecutivas se centrarán en restablecer las políticas migratorias de su administración anterior. “Puede accionar el interruptor y volver a ponerlas en funcionamiento tal y como estaban antes”, afirmó, haciendo referencia a las políticas que fueron desmanteladas por la administración de Biden.
Entre las promesas de su campaña, Trump planea reactivar el Título 42, que prohibió la entrada de millones de migrantes durante la pandemia de COVID-19, así como los polémicos protocolos de “Quédate en México”. Además, se comprometió a completar la construcción del muro en la frontera sur y a establecer nuevos requisitos que dificulten el proceso de solicitudes de asilo.
En un movimiento significativo, Trump nombró a Susie Wiles, directora de su campaña, como jefa de Gabinete de la Casa Blanca. Wiles exigió tener el poder necesario para definir la agenda del presidente y controlar el acceso a la Oficina Oval, lo que la posiciona como una figura clave en su administración.
Con estos anuncios, Trump deja claro que su enfoque hacia la inmigración y la seguridad fronteriza será uno de los pilares de su próximo mandato, marcando un regreso a las políticas más controvertidas de su administración anterior.