Donald Trump ha vuelto a asumir la presidencia de Estados Unidos, generando incertidumbre sobre su enfoque hacia diversas problemáticas, incluido el narcotráfico. En una entrevista previa a su victoria electoral, Trump afirmó que “absolutamente” considera la opción de bombardear cárteles en México, a pesar de que este país es su principal socio comercial.
El ex presidente enfatizó que México necesita actuar rápidamente ante la crisis del fentanilo, que causa la muerte de aproximadamente 300,000 personas al año. “A México se le dará un periodo muy corto para vigilar su frontera. Estoy seguro de que no les irá bien y luego estaremos en acción”, declaró Trump, sugiriendo una postura agresiva hacia la situación.
JD Vance, su vicepresidente, también se expresó sobre el tema, señalando que el gobierno mexicano, aunque no lo admitan públicamente, desea que Trump tome en serio la amenaza de los cárteles, que está desestabilizando a México. Vance advirtió que, sin un control efectivo, ambos países podrían convertirse en “narcoestados”.
Trump añadió que los cárteles tienen un control significativo en México, afirmando que “los cárteles dirigen México”. Esta percepción de inestabilidad llevó a una conversación reciente entre Trump y Claudia Sheinbaum, presidenta de México, quien calificó el contacto telefónico como “muy cordial”. Durante la llamada, ambos líderes discutieron la importancia de mantener una buena relación entre sus naciones.
Sheinbaum también había enviado una carta formal a Trump para felicitarlo por su victoria, lo que llevó a la propuesta de la conversación. Este diálogo marca un nuevo capítulo en las relaciones entre México y Estados Unidos, en un contexto donde la lucha contra el narcotráfico se perfila como un tema crucial en la agenda política de ambos países.
