El asesor para seguridad interna de la Casa Blanca, Stephen Miller, afirmó que el presidente Donald Trump está decidido a utilizar a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos para enfrentar y desmantelar a los cárteles de narcotráfico que operan en América Latina. Miller señaló que estos grupos criminales son responsables de más muertes de estadounidenses que cualquier otra organización en el mundo, calificándolos como un peligro claro y presente para el país.
En recientes declaraciones, Miller destacó el despliegue de más de cuatro mil elementos de la Armada y el Cuerpo de Marines, así como de buques destructores y submarinos en la región, como una demostración de la determinación del gobierno estadounidense para combatir a estas organizaciones delictivas. También mencionó que desde la campaña electoral, Trump ha considerado a los cárteles narcotraficantes como organizaciones terroristas extranjeras que amenazan la seguridad nacional.
El funcionario hizo referencia a las más de 86 mil muertes por sobredosis de drogas registradas en Estados Unidos durante 2024, muchas de ellas causadas por narcóticos ilegales traficados desde América Latina. Este contexto refuerza la estrategia de militarización para frenar la influencia y el poder de los cárteles criminales en la región.
Durante la misma semana, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, confirmó que en los próximos días se firmará un acuerdo de cooperación en materia de seguridad durante la visita del Secretario de Estado Marco Rubio a la Ciudad de México. En esta cooperación, Sheinbaum reafirmó que se limitará una mayor intervención militar estadounidense en México, buscando un equilibrio en las relaciones entre ambos países.
Además del reciente despliegue militar en ciertas zonas de América Latina, Estados Unidos mantiene un contingente aproximado de diez mil tropas en la frontera con México y ha posicionado barcos destructores equipados con misiles Tomahawk en el Golfo de México y en la costa del Pacífico que limita con México. Esta estrategia forma parte de un esfuerzo coordinado para contener y reducir el impacto de los cárteles en la región, protegiendo la seguridad tanto de Estados Unidos como de los países vecinos.
