La Cuarta Transformación, liderada por Morena y sus partidos aliados, presentó una propuesta para modificar la estructura de las Fiscalías Generales de Justicia de los estados, eliminando su condición de órganos autónomos. La iniciativa busca integrar a estas instituciones bajo un modelo más centralizado, con mayor coordinación operativa y financiera con la Fiscalía General de la República (FGR).
Los promotores sostienen que este cambio permitirá una mejor articulación entre las fiscalías estatales y federales, con procedimientos unificados y recursos etiquetados de forma conjunta, lo que, según sus argumentos, mejorará la eficacia en persecutoria penal y combate a la impunidad.
Sin embargo, críticos advierten que la medida podría suponer un riesgo para la independencia y la impartición de justicia local, al concentrar el poder en el Ejecutivo y la FGR. Señalan que asumir la coordinación federal limita la capacidad de respuesta de los gobiernos estatales a problemáticas específicas de sus regiones.
En redes sociales y círculos políticos se ha abierto el debate sobre si la centralización generará una Fiscalía más efectiva o si, por el contrario, debilitará el control autónomo y plural en materia penal.
La discusión se intensificará ahora que la propuesta avance hacia su análisis en comisiones del Congreso, donde Morena buscará los votos necesarios para su aprobación.
