Los albergues para migrantes en Tamaulipas se encuentran en máxima alerta ante la inminente llegada de miles de deportados desde Estados Unidos. Con una capacidad total para 5,250 personas, los refugios podrían verse rebasados en los próximos días debido al aumento de deportaciones masivas que se espera a partir del regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos el 20 de enero.
Durante un recorrido por Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros, tres de los principales municipios fronterizos, organizaciones no gubernamentales expresaron su preocupación por la insuficiencia de la infraestructura actual. Carlo Rentería, coordinadora del albergue Pumarejo, señaló que su instalación tiene capacidad para 3,000 personas, pero no cuenta con condiciones óptimas para enfrentar una contingencia de tal magnitud.
Raymundo Ramos, activista y defensor de derechos humanos en Tamaulipas, lamentó la ausencia de un plan integral por parte de las autoridades mexicanas para gestionar la crisis. Subrayó que las deportaciones no solo afectarán a migrantes mexicanos, sino también a personas de otras nacionalidades.
Según datos del Instituto Tamaulipeco para los Migrantes, durante el primer mandato de Trump, más de 247,000 personas fueron deportadas a Tamaulipas, cifra superior a las 191,000 reportadas en el periodo de Joe Biden. A nivel general, el gobierno de Trump deportó a 1.5 millones de migrantes, en comparación con 1.4 millones bajo la administración Biden.
Ante el inminente desbordamiento, autoridades locales analizan habilitar espacios temporales como parques, plazas y deportivos para atender a los migrantes. Actualmente, Tamaulipas cuenta con once centros de atención administrados por el estado, municipios y organizaciones civiles o religiosas, pero el número podría ser insuficiente para la magnitud de esta crisis humanitaria.
