El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, completó una travesía épica hasta Acapulco, Guerrero, después del paso devastador del huracán Otis por la región. A pesar de los desafíos, el mandatario llegó al popular destino turístico para una reunión de seguridad con autoridades estatales y municipales, antes de regresar a la Ciudad de México en helicóptero.
La odisea de López Obrador incluyó una parada prolongada en la carretera del Sol México-Acapulco, donde los deslaves provocados por el huracán interrumpieron su caravana. El presidente se vio obligado a cruzar un río a pie, caminar entre la maleza y, finalmente, regresar a la capital mexicana en helicóptero.
Durante su visita a Acapulco, el presidente se reunió con el secretario de Defensa, el de Marina, el de Seguridad y la coordinadora de Protección Civil Nacional, entre otros. Recibió un primer recuento de los daños causados por Otis en Guerrero.
La rápida visita del presidente ocurrió en medio de una emergencia, ya que Acapulco y otros municipios permanecen incomunicados y sin evaluación de daños tras el huracán de categoría 5. A pesar de la devastación en la infraestructura, hasta el momento no se han reportado víctimas mortales.
El huracán Otis dejó a más de medio millón de personas sin electricidad y causó el colapso de 58 estructuras de alta tensión, afectando a decenas de municipios y las telecomunicaciones. Aunque Otis se redujo a tormenta de baja presión, se esperan intensas lluvias en la región en los próximos días.
La situación también ha dejado a aproximadamente 40,000 turistas varados en Acapulco, mientras que la Secretaría de Educación Guerrero y la Universidad Autónoma de Guerrero han anunciado la suspensión de clases para garantizar la seguridad de estudiantes y personal educativo.