En un reporte reciente, las autoridades mexicanas informaron que en el último medio año se han asegurado más de 50 millones de litros de diésel que pretendían ser ingresados al país de manera ilegal a través de las aduanas. Estas acciones forman parte de un esfuerzo constante para combatir el contrabando y el huachicol fiscal, una modalidad en la que combustibles son introducidos sin el pago correspondiente de impuestos, afectando la economía nacional y la seguridad energética.
El contrabando de diésel ha sido detectado principalmente en puertos y fronteras, donde se realizan revisiones y operativos para impedir la entrada irregular de este combustible. En casos destacados, se ha descubierto que documentos falsos o alterados simulan la importación legal, ocultando cantidades mucho mayores de las declaradas oficialmente. Además, se han detectado esquemas sofisticados que incluyen el uso de empresas fachada y la complicidad de algunos funcionarios y operadores logísticos.
Este combate al huachicol fiscal se ha intensificado tras varios decomisos significativos de grandes volúmenes de diésel en puertos como Altamira y Coatzacoalcos. En algunas ocasiones, embarcaciones registran cargas falsas y realizan movimientos irregulares para evadir inspecciones. Las autoridades también han desplegado a militares y personal de marina para supervisar estas áreas estratégicas, logrando reducir considerablemente estas prácticas ilícitas.
La lucha contra el contrabando de combustible busca proteger la recaudación fiscal, evitar daños a la economía formal y garantizar un mercado competitivo y transparente para las empresas cumplidas. A través de la supervisión en las aduanas y la aplicación de operativos conjuntos, el gobierno mantiene la presión para contener el ingreso ilegal de hidrocarburos, demostrando un compromiso firme frente a estas actividades ilícitas que afectan a México.
