Durante los primeros tres meses de la contingencia sanitaria detonada por la epidemia de coronavirus, 10 mujeres, en promedio, fueron asesinadas diariamente y las llamadas de emergencia por violencia familiar mostraron un aumento respecto al año pasado.
Según el documento Información sobre violencia contra las mujeres, del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), entre marzo y mayo hubo 973 asesinatos de mujeres, entre feminicidios y homicidios dolosos, además de registrarse 185 mil 225 llamadas de emergencia.
Los homicidios de ese sector poblacional ocurridos de marzo a mayo de 2020 superaron los registrados en el mismo periodo del pasado 2019, cuando hubo 955.
En este lapso, que incluyó el periodo de cuarentena establecido por las autoridades, el feminicidio mostró una tendencia a la baja, mientras que el homicidio doloso alcanzó su máximo histórico en abril, con 263 casos.
Respecto a las llamadas de emergencia por violencia familiar, en estos meses —en los cuales se realizó la Jornada Nacional de Sana Distancia del 23 de marzo al 30 de mayo— hubo 185 mil 225, y entre marzo y mayo de 2019, 185 mil 99.
Estas marcaciones al 911 fueron promovidas por el gobierno federal para que las mujeres pidieran ayuda si se encontraban en una situación de riesgo en la cuarentena.
Sin embargo, en la Jornada Nacional de Sana Distancia hubo contraposiciones del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien aseveró que la violencia de género no estaba aumentando, pero funcionarias de su gabinete reconocieron un alza en las llamadas de emergencia, un indicio de que las agresiones contra las mujeres estaban recrudeciéndose.
Especialistas consultadas por EL UNIVERSAL coincidieron en que durante la pandemia del coronavirus las agresiones contra las mujeres han aumentado y plantearon que el gobierno deberá encontrar la manera política y económica de seguir protegiendo a este sector.
“Sí identificamos un incremento de agresiones contra las mujeres, y diferimos mucho de la postura del gobierno, que trata de minimizar el tema de la violencia y su aumento en el contexto del confinamiento”, señala Julia Escalante, quien es coordinadora regional del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (Cladem).
Agrega que la pandemia del Covid-19 dejará un reto principalmente económico, ya que las autoridades deberán adecuar el presupuesto para atender la emergencia sanitaria sin afectar la protección de este sector.
“El principal reto va a ser en términos de recursos financieros. Este recorte presupuestal, sumado a la crisis, seguro va a ser muy negativo para la vida de las mujeres. Vamos a tardar en recuperarnos, y siempre, en esta clase de [situaciones], quienes la pagan son los sectores más desprotegidos: ancianos, niños y mujeres”, lamenta.
Con la llegada del Covid-19, el movimiento feminista se vio obligado a frenar la dinámica de protestas, al menos de manera presencial, como las que había realizado el 8 y 9 de marzo.
A pesar de esto, Indra Rubio, coordinadora del Programa de Género en el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir, asegura que los colectivos feministas seguirán adelante para que los tres niveles de gobierno reconozcan el problema al que se enfrentan las mujeres.
“Lo que percibo es que ya no habrá un paso atrás en la garantía de los derechos que se han logrado. El movimiento sigue de pie, sigue avivándose, y una muestra de esto es que hay un descontento con las declaraciones de López Obrador respecto a que la violencia de género no aumentó”, manifiesta.
Fuente: http://www.eluniversal.com.mx