Así es cómo brokers chinos lavan dinero de cárteles mexicanos

A principios del próximo año, el empresario chino Gan Xianbing será sentenciado en un tribunal de Chicago por lavar un poco más de 530,000 dólares de un cártel mexicano de la droga.

Gan, de 50 años, fue condenado en febrero por lavado de activos y por operar un negocio de transferencia de dinero sin licencia que tomaba efectivo de los cárteles producto de las ventas de drogas en Estados Unidos.

Gan ha mantenido su inocencia: sus abogados dicen que las autoridades estadounidenses le tendieron una trampa y, finalmente, hubo pocos titulares sobre su juicio.

Aún así, los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley en Estados Unidos dijeron a Reuters que los “brokers de dinero” chinos, como Gan, representan una de las nuevas amenazas más preocupantes en su guerra contra las drogas.

Los empleados públicos sostienen que pequeñas células de delincuentes chinos han alterado la forma en que se lava el dinero en efectivo proveniente del narcotráfico, y que están desplazando a mexicanos y colombianos que han dominado el negocio por mucho tiempo.

Prácticamente inaudito hace una década, estos actores chinos están moviendo grandes sumas de manera rápida y silenciosa, dijeron las autoridades. Su modus operandi: enrutar las ganancias de las drogas de los cárteles desde Estados Unidos a China y luego a México desde un teléfono desechable y aplicaciones bancarias chinas.

Los “lavadores” pagan a pequeñas empresas de propiedad china en Estados Unidos y México para que los ayuden a mover los fondos. La mayor parte del contacto con el sistema bancario ocurre en China, un verdadero agujero negro para las autoridades estadounidenses y mexicanas.

Los brokers chinos con sede en México “han llegado a dominar los mercados internacionales de lavado de dinero”, dijeron los fiscales estadounidenses en un memorando de sentencia del 24 de septiembre para el caso de Gan.

Reuters habló con más de una docena de funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, diplomáticos, abogados y fuentes familiarizadas con el caso de Gan o las técnicas chinas de lavado de dinero.

La organización de noticias también examinó más de 1,500 páginas de documentos del juicio. El material incluía detalles no informados previamente sobre cómo operaba la red, recopilados por fiscales y agentes del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, que dirigió la investigación.

Lo que surgió fue un esquema que muestra cómo algunos grupos de lavadores de dinero chinos se han convertido en engranajes clave en los imperios multimillonarios de la droga dirigidos por cárteles latinoamericanos. El papel de China presenta un gran desafío para los esfuerzos antinarcóticos de Estados Unidos en un momento de crecientes tensiones entre Pekín y Washington.

Gan, quien según fiscales estadounidenses operaba un cerrado círculo con otro bróker chino, fue aprehendido en noviembre del 2018 por agentes de investigación de Seguridad Nacional en el aeropuerto internacional de Los Ángeles en su camino hacia México desde Hong Kong.

El gobierno de Estados Unidos dijo que Gan había movido entre 25 y 65 millones de dólares en ganancias de drogas ilícitas desde 2016 hasta el momento de su arresto, de acuerdo con un documento de septiembre emitido en la corte por los abogados de Gan.

Basada en Guadalajara, se cree que la red ha trabajado con múltiples organizaciones, incluyendo el famoso Cártel de Sinaloa que anteriormente fue dirigido por el capo mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán, según dos fuentes estadounidenses familiarizadas con la investigación.

El Departamento del Tesoro de Estados Unidos y la Oficina Europea de Policía (Europol) advirtieron sobre la creciente red de grupos criminales chinos que lavan dinero de la droga.

Europol dijo en noviembre de 2019 que estos grupos representan una “amenaza creciente para Europa”, mientras que el Tesoro estadounidense colocó en febrero a las redes profesionales chinas de lavado de dinero en su lista de “amenazas clave” y vulnerabilidades dentro del sistema financiero estadounidense.

Las fuerzas del orden de Estados Unidos han intensificado las operaciones contra estos grupos. Además del caso Gan en Illinois, los fiscales federales han presentado cargos en Virginia y Oregón contra presuntos miembros de al menos otras dos redes chinas de lavado de dinero desde octubre del año pasado. Estos procesos judiciales están pendientes.

Aún así, un agente de la Administración de Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos aseguró que los esfuerzos de ese país para atrapar a los narcos latinoamericanos siguiéndole la pista al dinero se han vuelto mucho más difíciles.

“No puedo enfatizar esto lo suficiente: la participación de los chinos realmente ha complicado todos estos esquemas”, dijo.

Gan, quien se negó a testificar en la corte, se declaró inocente de tres cargos de lavado de dinero, un cargo de conspiración -del cual fue absuelto- para lavar dinero y un cargo de operar un negocio de transferencia de dinero sin licencia. Reuters no recibió respuesta a solicitudes de comentarios de Gan enviadas a su equipo legal.

Sus abogados, en una audiencia septiembre, aseguraron que Gan no era el autor intelectual de la operación, sino un exportador de productos marinos engañado para que dejara que su cuenta bancaria en China fuera utilizada para lavar dinero por Pan Haiping, un compatriota suyo en México.

Glenn Seiden, el abogado de Gan, se negó a hablar con Reuters o responder preguntas sobre el caso de Gan.

El abogado Aaron Schwartz, quien formó parte del equipo de defensa, dijo que quería dejar en claro que Gan no cooperó con el gobierno de Estados Unidos porque su cliente temía por la seguridad de su familia en Guadalajara, donde domina el poderoso Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Pan fue detenido este año en México por acusaciones de lavado de dinero y está a la espera de ser extraditado a Estados Unidos, según las dos fuentes en Estados Unidos familiarizadas con la investigación y una fuente de alto rango de la policía federal mexicana.

Reuters no pudo contactar a Pan para ahondar en detalles. La fiscalía mexicana se negó a comentar sobre el caso de Pan y a proporcionar el nombre de su asesor legal en México, diciendo que no puede pormenorizar sobre casos en curso.

En una acusación formal estadounidense de marzo de 2019 revelada hace unas semanas, Pan Haiping fue acusado de lavar casi 500,000 dólares para cárteles mexicanos, dirigir un negocio de transferencias ilegales en Illinois y de conspirar para lavar dinero usando cuentas bancarias en China, incluida una cuenta que pertenece a Gan.

Otro presunto conspirador, Long Huanxin, fue arrestado en febrero en el Aeropuerto Internacional de Vancouver por la policía canadiense que actuaba con una orden de las autoridades estadounidenses, según transcripciones de una corte canadiense.

Long fue extraditado a Estados Unidos y el mes pasado se declaró inocente en Chicago de los cargos de lavado de dinero para cárteles mexicanos, según muestran documentos judiciales de Estados Unidos. El abogado de Long no respondió a una solicitud de comentarios.

Tensiones EU-China

Los funcionarios estadounidenses buscaron informalmente la ayuda de China en el caso de Gan, pero no recibieron apoyo en su investigación, según las dos fuentes en Estados Unidos familiarizadas con la pesquisa.

Sin embargo, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China dijo a Reuters a fines de octubre que no recibió una solicitud de ayuda de las autoridades estadounidenses en ese caso.

China está dispuesta a cooperar con Estados Unidos para “destruir a los cárteles de la droga y las redes de lavado de dinero relacionadas con las drogas”, señaló la cancillería en un comunicado, donde enfatizó la necesidad de que los dos países trabajen sobre el “principio de respetar las leyes de los demás, la igualdad y el beneficio mutuo”.

La cancillería sostuvo que la mayoría de los titulares de cuentas bancarias chinas sobre quienes Washington ha preguntado como parte de sus investigaciones de lavado de dinero en los últimos años, eran “empresas e individuos legítimos” en China.

“Después de que le pedimos a la parte estadounidense que proporcionara pistas relacionadas con las drogas o evidencia de empresas e individuos, no respondieron”, aseguró el Ministerio de Relaciones Exteriores de China en el comunicado.

Sin la ayuda de Pekín para rastrear los flujos de dinero en China y sin infiltrarse en las redes de lavado, los agentes estadounidenses dicen que enfrentan una lucha cuesta arriba para atrapar a los culpables.

“Es la forma más sofisticada de lavado de dinero que jamás haya existido”, confesó una de las fuentes en Estados Unidos familiarizadas con la investigación.

Teléfonos desechables y billetes dólar

La clave para resolver el caso fue Lim Seok Pheng, una miembro de la red con sede en Nueva York que se convirtió en testigo colaborador del gobierno de Estados Unidos después de su arresto en mayo de 2018 por sospecha de lavado de dinero.

Ciudadana de Singapur, Lim dijo en el juicio de Gan que vendía calzado y que conoció a Gan en China, donde dirigió una fábrica de zapatos antes de que se trasladara a Guadalajara en 2011. Testificó que Gan la reclutó para la operación ilícita en 2016 y que fue amante del otro presunto líder, Pan Haiping.

Tras su arresto en el Aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York, Lim accedió a llevar un dispositivo de grabación para ayudar a las autoridades a reunir pruebas contra Gan y los otros presuntos conspiradores.

También incorporó a la operación a agentes encubiertos de investigación del Departamento de Seguridad Nacional como mensajeros de dinero en tres pagos por ventanilla en Chicago que llevaron a la condena de Gan, según el testimonio del juicio de Lim y los agentes.

Lim se declaró culpable de los cargos de blanqueo de dinero en noviembre de 2019 y está en libertad bajo fianza, a la espera de la sentencia. Ella y su abogado se negaron a hacer comentarios.

La única cosa más difícil que mover drogas ilegales por las fronteras es conseguir que las ganancias regresen a los cárteles de México, dijeron funcionarios de Estados Unidos. El efectivo es pesado y su transporte riesgoso. Ponerlo en el sistema bancario es peligroso y los sistemas financieros estadounidense y mexicano se han adaptado a detectar dinero sucio.

Fiscales dijeron al tribunal que Gan y sus cómplices sortearon esos obstáculos moviendo el dinero de Estados Unidos a China y luego a México. Lim era un eje que conectaba ambos lados del Pacífico. En su acuerdo de culpabilidad de noviembre de 2019, Lim admitió haber blanqueado con Gan y Pan Haiping unos 48 millones de dólares en efectivo entre 2016 y septiembre de 2017 y haber recibido, por ello, una comisión del 0.5 por ciento.

Lim testificó en el juicio de Gan que tenía dos trabajos: el primero era recolectar dinero de la droga en ciudades de Estados Unidos como Chicago y Nueva York, entre 150,000 dólares y un millón de dólares a la vez. Esperaba en un lugar público, armada con un teléfono desechable, un nombre en clave y el número de serie de un auténtico billete de un dólar.

Los cárteles mexicanos pasaban sus datos a sus traficantes, que llamaban al teléfono desechable de Lim y usaban el nombre en clave para identificarse. En el punto de encuentro, Lim les daba el billete de un dólar con el número de serie correspondiente como “recibo” para verificar que la entrega había tenido lugar, dijo Lim en el juicio.

El otro trabajo de Lim era reclutar negocios en la diáspora china para ayudarles a hacer desaparecer ese dinero, aseguraron Lim y los fiscales.

Los comerciantes chinos en Estados Unidos han participado durante mucho tiempo en “intercambios” de moneda fuera de los registros para evitar fuertes comisiones bancarias.

Estas transacciones son ilegales en Estados Unidos, según autoridades del país del norte, si son utilizadas por empresas de manera rutinaria para eludir el sistema bancario formal o para operar un negocio de transferencia de dinero no autorizado.

En algunos casos, estas transacciones se usan para ayudar a ciudadanos chinos ricos a sacar dinero clandestinamente de su país, violando los controles monetarios de esa nación.

La operación Gan y Pan Haiping creció hasta incluir a al menos tres comerciantes chinos en Nueva York, a los que se les pagaba comisiones por participar, dijo Lim a la corte. Sus nombres no fueron revelados en el juicio de Gan y no está claro si conocían los vínculos de Lim con el tráfico de drogas.

Los fiscales presentaron testimonios, pruebas y gráficos en el juicio que mostraban cómo funcionaban las transacciones. En su forma más simple, el proceso se ejecutaba de la siguiente manera: Lim llegaba con uno de los comerciantes con dinero del cártel en efectivo.

Con el empresario observando, abría una aplicación de conversión de moneda en su teléfono para obtener el tipo de cambio entre el dólar estadounidense y el yuan chino.

También entregaba los datos de una cuenta bancaria en China que le había dado Gan. En lo que se conoce como “transacción espejo”, el empresario chino tomaría posesión de los dólares estadounidenses y, al mismo tiempo, transferiría el equivalente en yuanes chinos de su propia cuenta en China al número de cuenta bancaria facilitado por Gan.

El resultado era una transferencia de fondos al extranjero sin la participación de una institución financiera estadounidense, ni las huellas digitales que la acompañaban.

La empresa china había utilizado yuanes de su cuenta bancaria en China para comprar dólares en efectivo que estaban disponibles en Estados Unidos, mientras ganaba una comisión por los inconvenientes al tiempo que evitaba las comisiones bancarias y el escrutinio del gobierno de Estados Unidos.

En tanto, Gan había convertido los dólares de la droga en Estados Unidos en moneda china que ahora se encontraba en un banco chino. El único contacto con el sistema financiero -la transferencia interna entre dos cuentas en China- representaba pocas probabilidades de levantar una alarma ante las autoridades bancarias locales sin conocimiento de la procedencia del dinero.

La banda criminal utilizó varios bancos chinos para las operaciones, incluyendo el Banco de China, según mensajes de WhatsApp entre Gan y Pan Haiping que fueron extraídos del iPhone de Gan por agentes de Seguridad Nacional tras su detención.

El Banco de China no respondió a solicitudes de comentarios.

Para llevar el dinero de China a México, Gan realizó el mismo tipo de transacciones espejo, sólo que esta vez con la ayuda de empresas chinas que tenían acceso a pesos en México.

Esta etapa de la operación fue descrita por las dos fuentes en Estados Unidos familiarizadas con la investigación y está esbozada en documentos judiciales, incluyendo el memorando de sentencia del gobierno estadounidense de septiembre de 2020 para Gan y el de junio de 2019 que sustituye a la acusación en la que se detallan los cargos contra él.

Los fiscales de Estados Unidos dijeron que el dinero lavado fue entregado a los clientes del cártel de drogas mexicano de Pan Haiping, de acuerdo con la acusación sustitutiva. No se nombraron bancos mexicanos en ninguno de los documentos judiciales revisados por Reuters.

Oportunidad en México

En octubre, Reuters viajó a Guadalajara y encontró a la esposa de Gan, Pan Emi, trabajando en una concurrida tienda que posee en el barrio chino de la ciudad vendiendo pelucas, joyas de plástico, gafas de sol y otras mercancías de bajo precio importadas desde China.

Pan Emi -quien no es familiar de Pan Haiping- sostuvo que su marido era inocente y había sido injustamente presentado como un delincuente cuando no era más que un valiente hombre de negocios. Dijo que ningún agente mexicano o estadounidense se había puesto en contacto con ella en relación al caso.

La mujer aseguró que Gan, harto de los altos impuestos chinos, había dejado su fábrica de zapatos en la ciudad china Wenzhou hace casi una década buscando una vida mejor en México.

En Guadalajara, relató, Gan cofundó un negocio de exportación de medusas, que se consideran un manjar y un afrodisíaco en China. Pan Emi aseguró que su “súper amiguero” marido construyó una gran red de contactos en México y siempre estaba al teléfono.

Pan Emi confirmó algunos detalles del caso: dijo que su esposo conocía a Pan Haiping y a Lim y que había participado en intercambios de moneda con otros comerciantes chinos. Sin embargo, negó que Gan estuviera involucrado con traficantes o que supiera algo sobre dinero de la droga.

Ella sostuvo que los intercambios de moneda eran comunes en la comunidad de negocios china expatriada para evitar las costosas comisiones y las pésimas tasas de cambio ofrecidas por los bancos.

“Esos cambios que nosotros hacemos con quienes conocemos es fácil. No tiene tanto problema”, relató Pan Emi. “Creo que no es ilegal”.

Brokers de dinero como Gan y Pan Haiping están creciendo en número entre las grandes diásporas chinas en Estados Unidos, Europa y América Latina, según tres funcionarios de la DEA.

La demanda de sus servicios está siendo impulsada por los chinos ricos que buscan evadir los controles monetarios en su país y trasladar la riqueza al extranjero, dijeron funcionarios de la DEA a Reuters. Pekín limita la cantidad de dinero que sus ciudadanos pueden transferir fuera de China al equivalente de 50,000 dólares estadounidenses al año.

Los cárteles latinoamericanos, con dólares y euros de la venta de drogas, están en una posición única para satisfacer el apetito chino por las divisas.

Algunos expatriados chinos ubicados en países productores de drogas como México, Colombia y Perú son los intermediarios que tienden puentes entre estos grupos dispares de personas, aseguró Donald Im, un agente de la DEA.

“Cuando los cárteles necesitan lavar dinero en efectivo y hay demanda de dinero en efectivo por parte de los chinos, tienes un matrimonio perfecto”, dijo Im a Reuters. “Los brokers chinos son muy importantes para los cárteles mexicanos y colombianos”.

En el caso de Gan, era un negocio lucrativo, según conversaciones entre sus supuestos socios grabadas por los agentes del Departamento de Seguridad Nacional. “Ya ha ganado un millón de dólares gracias a nosotros”, dijo Pan Haiping a Lim en agosto de 2017, según transcripciones de las comunicaciones telefónicas interceptadas presentadas en el juicio de Gan.

Los lavadores de dinero chinos están exprimiendo a sus rivales mexicanos y colombianos, rebajando el precio hasta la mitad, dijeron autoridades estadounidenses.

Los brokers chinos han podido hacerlo porque cobran tarifas en ambos lados de cada transacción. Imponen comisiones tan altas como el 10% a ciudadanos chinos ansiosos de sacar dinero del gigante asiático. Ello le permite a brókers chinos, a su vez, cobrar a los traficantes honorarios de unos pocos puntos porcentuales.

Los blanqueadores de dinero siguen obteniendo grandes beneficios mientras mantienen un suministro constante de los codiciados dólares y euros de los clientes del cártel.

El agente de la DEA Im dijo que los expatriados chinos tenían “los sistemas y la infraestructura” para lavar no sólo las ganancias de la droga, sino para hacerlo tan barato que los cárteles de la droga reciben de vuelta “casi el 100%” de su dinero ilegal.

Los brokers chinos también se las han arreglado para evitar elegir bandos en las guerras de cárteles de México, incluso coordinando contratos de dinero con los carteles CJNG y de Sinaloa en el mismo día, según un segundo agente de alto rango de la DEA, que habló bajo condición de anonimato.

Los traficantes usan otros esquemas de lavado de dinero basados en el comercio para mover el dinero de la droga de China a México, según la DEA y funcionarios del gobierno mexicano que hablaron con Reuters.

En julio, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de México, dijo públicamente que los ciudadanos chinos que lavaban dinero para el CJNG utilizaban las ganancias de la droga para comprar zapatos a granel en China y luego los revendían en México para obtener el dinero en efectivo.

Las exportaciones chinas a México, incluidas las de productos electrónicos, prendas de vestir y otros bienes de consumo, casi se han duplicado en el último decenio hasta alcanzar los 83,000 millones de dólares en 2019.

El aumento ha permitido a los cárteles de la droga y a sus blanqueadores de dinero aprovecharse de esta floreciente relación comercial, aseguraron autoridades.

En Guadalajara, Pan Emi sostuvo que los intercambios de correo electrónico con los abogados estadounidenses de su esposo la dejaron optimista ante la inminente sentencia de Gan. Los fiscales piden una condena de 20 años de cárcel y los abogados defensores de Gan pretenden no más de dos años.

Pan Emi confesó que sus negocios iban bien en México y que no tenía ningún deseo de volver a China. “Espero que mi esposo regrese”, dijo.

Fuente: https://www.eleconomista.com.mx

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