Desde 2018 hasta el 13 de abril de 2024, México ha sido testigo de un incremento preocupante en la violencia política, según el informe “Votar entre balas” presentado por Data Cívica y México Evalúa. En este período, se han registrado mil 777 amenazas, asesinatos, ataques armados, desapariciones y secuestros dirigidos contra personas que ocupan cargos políticos y gubernamentales, así como contra instalaciones del gobierno y partidos políticos. Estos actos, llevados a cabo por grupos de la delincuencia organizada, han ocurrido antes, durante y después de los procesos electorales, constituyendo lo que denominan como violencia político-criminal en México.
El año 2023 se destacó como el más letal, con 574 víctimas y ataques a instalaciones, seguido por 2022 con 486 casos registrados. La mayoría de las víctimas ocupaban o competían por cargos a nivel municipal, representando el 76.5% de las personas e instalaciones atacadas.
En lo que va del año 2024, se han reportado 17 asesinatos de personas que son precandidatas o candidatas, además de otros ataques como amenazas, ataques armados, atentados y secuestros.
El informe señala que esta violencia se ha convertido en una herramienta del crimen organizado para influir en la vida pública de estados y municipios, buscando diversos objetivos como la consolidación de redes de protección, el debilitamiento del sistema de seguridad y justicia, y el acceso a recursos económicos, entre otros.
Desde 2006, se ha observado un crecimiento constante en los ataques contra autoridades electas, funcionarios, candidatos y militantes políticos, con un aumento significativo entre 2018 y 2023, alcanzando cerca de 8 mil 361 eventos de este tipo.
El análisis de las elecciones de 2018 y 2021 revela que los municipios con más ataques a candidatos y activistas políticos también muestran mayores índices de sustitución de funcionarios de casilla el día de la elección, así como menores niveles de participación electoral.
Además, se ha identificado que los ataques contra la función pública municipal están asociados con aumentos en la tasa de homicidios en el año siguiente, evidenciando el impacto prolongado de esta violencia en la sociedad mexicana.
