En el contexto de la elección de 2024 en México, la violencia político-electoral ha experimentado un preocupante incremento. Hasta la fecha, 13 aspirantes a cargos de elección popular han sido asesinados en lo que va del año, sumándose a cuatro casos del año pasado.
Los últimos eventos trágicos tuvieron lugar el pasado lunes en Maravatío, Michoacán, con los homicidios de los aspirantes Miguel Ángel Reyes del partido Morena y Armando Pérez del PAN. Estos actos de violencia han provocado reacciones de líderes políticos, como Alejandro Moreno, líder nacional del PRI, quien ha demandado detener la inseguridad y ha lamentado la muerte de dos precandidatos de distintos partidos en un solo día.
Según el informe más reciente de la organización no gubernamental Data Cívica, titulado “Votar entre Balas”, se han registrado 56 agresiones político-electorales en el país en lo que va de 2024. Los aspirantes asesinados pertenecían a diversas fuerzas políticas y los hechos se han suscitado en diferentes estados, como Jalisco, Morelos, Chiapas, Ciudad de México, Estado de México, Michoacán y Guerrero.
El informe detalla que, desde el inicio del proceso electoral el 7 de septiembre, se han registrado 234 eventos de violencia política, incluyendo cuatro asesinatos de candidatos o precandidatos ocurridos en 2023. Este clima de inseguridad también ha dado lugar a eventos fallidos, como el atentado contra el precandidato de Morena Porfirio Hernández Aparicio en Puebla.
Además de los asesinatos, se han reportado intentos de secuestro, como el del exalcalde de Taxco, Guerrero, Omar Jalil Flores, y del aspirante priista al Senado por Chiapas, Willy Ochoa. Asimismo, hay amenazas dirigidas a precandidatos de la oposición, como Lucy Meza en Morelos, quien busca la gubernatura, y Ángel García Yáñez, aspirante al Senado.
El clima de tensión y violencia previo a las elecciones ha generado un llamado urgente a abordar la inseguridad y proteger la integridad de los participantes en el proceso electoral.