En los últimos años, México ha experimentado un drástico incremento en las interrupciones del suministro eléctrico, especialmente desde el inicio del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Datos recopilados de los informes anuales de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y el Sistema de Información Energética revelan un aumento significativo en la duración de los apagones y la cantidad de energía no suministrada.
Según el indicador SAIDI (System Average Interruption Duration Index), en 2018 el promedio de duración de las interrupciones fue de 2 minutos, con 1,491 megawatts-hora de energía no suministrada. Sin embargo, al tercer trimestre de 2023, estos valores se han disparado a 13.5 minutos de duración promedio y 9,351 megawatts-hora de energía no suministrada.
Esta tendencia preocupa a expertos del sector y a empresas, ya que interrupciones prolongadas pueden generar costos significativos en la producción, afectando la maquinaria y la operación. Iván Arias, director de Estudios Económicos de Citibanamex, advierte que esto podría incluso presionar los precios en el mercado.
La situación contrasta fuertemente con las metas establecidas por la propia CFE en años anteriores. En 2022, la meta interna era de 2,845 minutos, pero la duración promedio alcanzó los 3,471 minutos, según el Informe Anual de la CFE. La falta de cumplimiento de metas en diversas regiones del país fue atribuida a eventos que afectaron el transporte de energía a través de la Red Nacional de Transmisión.
Este aumento en la duración de los apagones se convierte en un factor crítico en el contexto de la llegada de empresas por nearshoring. El abastecimiento de insumos, incluida la energía eléctrica, se vuelve una prioridad en el checklist de establecimiento de empresas.
Expertos en energía como Elie Villeda señalan que estas fallas son resultado de la vulnerabilidad del sistema de transmisión en México, que carece de recursos suficientes para mantenimiento y reforzamiento. Esto, según Carlos Flores, especialista del sector energético, impacta significativamente en la producción industrial, pudiendo llevar a incumplimientos de contratos y metas de fabricación.
La creciente preocupación sobre la confiabilidad del suministro eléctrico en México destaca la urgencia de abordar las deficiencias en el sistema de transmisión para garantizar la estabilidad y sostenibilidad del sector industrial.
